Steve Ballmer, CEO de Microsoft, ha dicho en su carta anual a los accionistas que la empresa que preside cambiará sus objetivos empresariales, enfocándose más en el desarrollo de equipos, al estilo de la Xbox (éxito de ventas y de suscripciones a servicios on-line) y como va a hacer en unos días con las tabletas Surface (que se convertirán así en competidoras directa de aquellos fabricantes que implementen Windows 8).
Steve Ballmer llegó a Microsoft en enero del año 2000, sustituyendo en la dirección al famoso Bill Gates, y desde entonces los objetivos de la empresa han ido mutando, acercándose a la movilidad y a la conectividad a través de la Red. Posiblemente muchos de nuestros lectores piensen que esto ha ocurrido tarde y no podemos quitarles la razón, ya que el sistema operativo de Microsoft para teléfonos y tabletas está un paso por detrás de Android e iOS. El gigante de la informática, que hace tan solo unos días ha sido superado en bolsa por Google, no supo reaccionar a tiempo y se quedó estancado en la informática “fija” cuando competidores como Apple enfocaban su negocio de otra manera. Es más, la compañía de la manzana, cuyo nombre original era Apple Computer, eliminó la segunda palabra en enero de 2007 cuando se dio cuenta de que sus mayores beneficios venían de los iPod.
El software de Microsoft
El hecho de que esta compañía mute sus objetivos a favor de la fabricación de productos propios, genera una curiosa situación. Por un lado y según Ballmer, en el mundo hay 1.300 millones de aparatos con Windows, pero casi todos son ordenadores de sobremesa (por cierto, con ventas a la baja). Por otro, los sistemas operativos de Microsoft son utilizados por otros fabricantes que hasta ahora, no se habían tenido que enfrentar a su propio suministrador de software. El cambio de objetivo supone que, a partir de ahora, tendrán que hacerlo.
Los principios en los que se va asentar la nueva estrategia y objetivos de Microsoft no son nuevos en el mundo de la tecnología, pero sí para la compañía ya que habrá momentos en los que fabricarán “dispositivos específicos con fines específicos” (ejemplo de la Xbox y las tabletas Surface) y tratará de aprovechar al máximo los avances del hardware con idea de ofrecer productos con conectividad global y automática. Parece que le primer paso en este sentido se dará a finales de este mes con la llegada de Windows 8 y la tableta Surface.