El Nexus S, de la empresa del todopoderoso buscador Google, ha demostrado ser todo un astronauta, después de sobrevivir a un viaje al espacio. Todo se debe a una maniobra de marketing, para promocionar el nuevo equipo, y también han aprovechado la ocasión para poner a prueba los distintos sensores del teléfono.
Los técnicos utilizaron globos para elevar los dispositivos hasta una altura de 100.000 pies (unos 30.480 metros) y el terminal funcionó perfectamente, incluso a 50 grados bajo cero. El teléfono incluía GPS, giroscopio (aparato que consiste en un disco circular que gira sobre un eje libre y demuestra la rotación del globo terrestre), magnetómetro (aparato que mide la intensidad, y algunas veces también la dirección, de un campo magnétic0) y acelerómetro (aparato que mide la aceleración).
No era la primera vez
Sin embargo, no es la primera vez que un teléfono móvil viaja por el espacio. Hace un par de meses, Luke Geissbuhler y su hijo Max, en Nueva York, enviaron un iPhone y una cámara de vídeo HD al espacio. Construyeron una caja para llevar alojados ambos dispositivos, y lo unieron a un globo sonda para que se elevara. Consiguieron que se elevara hasta los 30.500 metros de altura y la cámara registró todo el viaje. El “satélite” padeció fuertes vientos, temperaturas muy frías e, incluso, una caída a 240 kilómetros por hora. En total, la peripecia tuvo una duración de 72 minutos.
El motivo de que el iPhone fuera con la cámara no fue otro que, en el caso de que el experimento funcionara y la caja cayera sin desintegrarse, poder localizar ambos aparatos mediante el GPS que lleva incorporado el dispositivo de Apple. De hecho, fue así como supieron que la caja con el iPhone y la cámara HD había caído 48 kilómetros al norte del lugar desde el que fue lanzado.