HTC comunicaba ayer mismo qué modelos tendrían seguro Ice Cream Sandwich el próximo año. Sin embargo, la lista se reducía a los últimos lanzamientos, los diferentes HTC Sensation y HTC EVO 3D. Mientras tanto, modelos con menos de un año como los HTC Desire HD y Desire S tienen muchas papeletas para caerse de la lista.
La impaciencia de muchos usuarios que actualmente poseen terminales como los HTC Desire HD, Desire S o el Desire original no ha tardado en aflorar. Todo a consecuencia de un anuncio “a medias” colgado por HTC en el muro de Facebook en el que indicaban los planes para actualizar sus teléfonos más actuales.
Fragmentación
Que Android tiene un potencial tremendo es indiscutible. El avance del robot verde ha hecho estragos en el mercado ya que ha colonizado desde la gama más baja hasta los super-phone. Sin embargo, esta variedad de teléfonos y, sobre todo, la insistencia de los fabricantes por poner su sello en el sistema con interfaces gráficas diferentes a la original, están causando situaciones negativas que podemos resumir con una palabra: fragmentación.
Todos los fabricantes, más unos que otros, se afanan por lanzar modelos cada vez más espectaculares que logren posicionarse en el mercado. Esta estrategia comercial supone nutrir el portfolio de numerosos modelos que permite seducir a un mayor número de potenciales clientes. El problema llega cuando hay que ofrecer soporte a esos teléfonos que ya no son los modelos más llamativos del escaparate y la ética de la compañía se debate entre la satisfacción del cliente o la satisfacción de los accionistas e inversores…
Introducidos de lleno en la historia, ahora nos centramos en HTC. Una marca que se ha ganado el respeto de los usuarios con productos de calidad y competitivos, pero que esperemos sepa equilibrar la balanza. La pelota está en su campo. Con el anuncio de Android 4.0 Ice Cream Sandwich tienen la oportunidad de demostrar que se preocupan por sus clientes actualizando el mayor número de dispositivos, sin excepción, con un mínimo de lógica. Y es que anteriores decisiones le han costado endosarse una imagen de marca a la que le cuesta liberar actualizaciones para sus smartphone.
Sensation y EVO 3D se salvan de la quema
El primer movimiento ya está hecho. Mediante Facebook hacían oficial la primera ronda de dispositivos que sí se actualizarán: HTC Sensation y HTC EVO 3D, los modelos que se venden en Europa, sí mejorarán su software con Android 4.0. El resto de dispositivos, tales como HTC Desire HD, Desire S, ChaChaCha, están supeditados a la valoración de HTC. Ésta ha justificado hasta la fecha que deben estudiar diferentes cuestiones técnicas antes de pronunciarse.
Lo cierto es que esta situación nos recuerda en cierto modo al circo montado el día en que los taiwaneses informaban que el HTC Desire no se actualizaría con Android 2.3 Gingerbread. En el mismo día la firma, ante la presión y protestas de los usuarios, daba marcha atrás y cambiaba de parecer. Finalmente, aunque con algunas aplicaciones de menos, Gingerbread llegaba al primer Desire.
Futuro incierto para los Desire HD, Desire S y ChaChaCha
Con Ice Cream Sandwich los usuarios se percatan de que la situación es parecida. La respuesta de la multitud ha sido la misma, ya que en el muro de Facebook del fabricante muchos usuarios ya han empezado a pedir explicaciones. No entienden por qué modelos tan recientes no figuran como fijos en la lista de actualizaciones. Por ahora, la posición de HTC ha sido la de mantenerse en terreno de nadie, sin dar ningún tipo de explicación. Si bien HTC aún está a tiempo de aumentar el número de smartphone que podrán instalar Android 4.0, se respira en el ambiente cierto escepticismo. No sería de recibo que modelos incluidos en la alta gama de la firma como HTC Desire HD y Desire S no consiguieran Ice Cream Sandwich. A pesar de que la propia Google indicaba como referencia que todos los modelos actuales equipados con Gingerbread serían compatibles con la nueva versión de Android, el mero hecho de haber descartado a su primer teléfono, el Nexus One, pone de manifiesto que el HTC Desire, con toda seguridad, se quedará estancado con su última actualización de Android 2.3.3. Esperemos que no tengan la misma suerte los mencionados Desire HD o Desire S, que tienen poco menos de un año de vida.
En el caso de una negativa a modernizar el software de estos teléfonos, esperemos que la reacción de los usuarios sea lo suficientemente enérgica como para que HTC recapacite. De lo contrario, los usuarios se verán obligados a buscar consuelo, como última alternativa, en los desarrolladores de la comunidad Android y el Scene en general.