Con la evolución de la tecnología y sobre todo de los móviles, nos hemos encontrado ante la situación de tener que decidir dónde preferimos almacenar nuestros archivos. Tanto las fotos, como los vídeos o los documentos tienen que entrar en algún lado y nosotros tenemos la decisión.
Este proceso de elección tiene que estar relacionado con los usos que hagamos cada usuario, por eso te ayudamos a plantearte diversas preguntas que te darán paso a encontrar la mejor opción. Esperamos que tras conocer lo que ganamos y perdemos con cada método, encuentres tu solución ideal.
Lo mejor y lo peor de usar la nube en el móvil
Son muchos los motivos por lo que pensar en la tecnología del mañana que está presente en la actualidad. Sin embargo, los exponentes de la actualidad no se quedan atrás y hacen que la nube siga pareciendo algo demasiado complejo para la mayoría de usuarios y que no ofrece los puntos a favor que necesitamos.
Los archivos del móvil en otros dispositivos
Entre las cosas que nos pueden hacer decantarnos por usar la memoria basada en internet, está por supuesto las posibilidades que ofrece para tener todo lo que necesitamos, cuando lo necesitamos. De esta manera no hay que tener con nosotros el móvil, la tablet o el ordenador sino que únicamente con una red WiFi o de datos móviles, vamos a poder acceder a esa foto que queremos.
Siempre a salvo
La seguridad se ha convertido en otro de los mejores exponentes de los archivos en la nube, pues ahí están libres de virus o ataques que pueda sufrir nuestro smartphone. Las grandes compañías que ofrecen servicio en online han conseguido ofrecer una tranquilidad que ningún sistema operativo móvil había conseguido darnos. Aunque los archivos no estén siempre en nuestro móvil, están mejor protegidos.
Necesitamos pasar por caja
Lo primero contra importante que hay que valorar es que los servicios que nos ofrecen almacenar archivos en la nube hacen que nos rasquemos los bolsillos una vez que hemos completado el espacio gratuito. El precio dependerá de las diversas opciones que existen, pero en todos los casos nos supondrá un coste añadido de forma mensual o anual que no todo el mundo está dispuesto a soportar.
Los molestos tiempos de espera
Aunque la llegada del 5G a los móviles se ha convertido en algo importantísimos para que saquemos partido a la «Cloud» o al internet de las cosas, sigue habiendo ciertas limitaciones en muchas zonas de España. Por ahora el 4G no ofrece acceso instantáneo a todos los elementos que tenemos guardados en la nube y tenemos que tener algo de paciencia para que se carguen o descarguen en el móvil. Lo mismo ocurre con algunas conexiones WiFi que no son tan rápidas como nos gustaría.
Necesitaremos de más megas
Dado que vamos a basar el uso de la memoria de nuestro smartphone en internet, requerimos de una tarifa mejor cualificada. Esto se traducirá también en un coste mayor, haciendo que tengamos que pasar por caja inevitablemente, aumentando cada vez más el espacio contratado.
La memoria física tradicional tiene mucho que decir
Por mucho que todo vaya enfocado en evolucionar y en la red, hay motivos para preferir quedarnos en las memorias físicas tradicionales en los móviles, del mismo modo que nos vamos a encontrar con todo lo contrario. Repasamos todo lo que nos puede deparar preferir usar memorias físicas.
Los archivos cargan al instante
No cabe duda que el motivo principal por el que preferimos usar las memorias físicas en los smartphones es porque no hay tiempos de espera. Todo está a nuestro alcance con solo tocar la pantalla, evitándonos de este modo problema de cobertura o velocidad. Una manera instantánea de disfrutar de lo que queremos.
Se hace lento enviar archivos
Todo lo contrario nos ocurrirá si tenemos que compartir archivos y aquí sí que volvemos a depender de la red. No ocurre en fotos de pequeño tamaño, pero sí que nos puede llevar a problemas no tener los archivos en la nube si trabajamos con el móvil, tablet u ordenador de manera desincronizada. Eso supondrá que de alguna manera tendremos que compartir todos los datos y no pensamos que lo vayas a hacer por fax hoy en día.
Posibles problemas de seguridad
Del mismo modo que en la nube teníamos cierta tranquilidad, con todos los archivos importantes guardados en el móvil vamos a tener cierto temor. Nos hemos encontrado con muchos fallos de seguridad en Android y en iOS que nos demuestran que en cualquier momento un SMS o archivo encriptado puede hacer que nuestros datos corrijan cierto peligro y por eso es difícil confiar en las memorias físicas. Además, tenemos la posibilidad de que alguien se haga con nuestro móvil y de una manera u otra, incluso con la MicroSD pueda hacerse con nuestros recuerdos.
El problema de cambiar de móvil
Uno de los grandes trabajos y que menos gustan en la tecnología, es el de mover todas las fotos y archivos de un móvil a otro. Las copias de seguridad más básicas no ofrecen esta ventaja y por lo tanto si guardamos nuestros archivos en el móvil y la memoria física, habrá que pasarlo todo de nuevo al siguiente que tengamos. Una tarea que nos puede llevar varios minutos, confinado en que no haya errores en el proceso.
Necesitamos de más memoria
Al igual que al recurrir al almacenamiento online teníamos que pagar por poderla utilizar tras el plan gratuito, en los smartphones que usan todo en memoria física, vamos a necesitar de opciones más completas. Esto es lo que ha provocado que 64 GB sean poca cosa para muchos, teniendo que dar el salto a 128 GB, 256 GB o incluso 512 GB de almacenamiento.
Este incremento de memoria también supone un coste, aunque no sea mensual como en la nube. Si en algún momento necesitamos de más memoria, solo nos quedará la opción de usar una MicroSD, lo que además de costarnos dinero, favorece a la lentitud del smartphone.
¿Qué opción es mejor?
Ahora que hemos conocido todo lo bueno y lo malo de las memorias físicas y digitales, es momento de sacar conclusiones. Por supuesto, todo esto dependerá de cada uno y del uso que le hagamos como usuarios, pero vamos a tratar de ayudaros con las reflexiones para dar con la solución.
Lo primero que habrá que valorar es el coste que tienen los smartphones con más almacenamiento frente al coste que supone la nube. En la mayoría de casos optar o una memoria física mayor será más barato que pagar por la nube 1 año, pero sin embargo supondrá que habrá que decirle tiempo al cambiar otra vez de móvil. La nube también nos hará consumir más datos de internet y que retiramos más megas en la tarifa, aunque no tendremos las ventajas mencionadas.
Por todo ello, desde nuestra opinión lo ideal actualmente es buscar el equilibrio. Hay ciertos archivos que deben estar en el móvil, pero sin embargo todo lo que tiene que ver con el trabajo puede estar en la nube para acceder a ello cuando lo necesitemos.