Los dos tipos de conexiones disponibles en los móviles para usar internet nos suponen una importante duda a la hora de escoger una u otra opción. Para saber exactamente cuál es la mejor, vamos a valorar las diferentes circunstancias que se pueden dar y lo que debemos valorar en cada una de las situaciones. Ahora que los smartphones están conectados siempre, tiene más sentido pensar en una de las dos alternativas.
De todos modos, no podemos olvidar que mientras que las conexiones fijas de WiFi suelen tener a nuestra disposición subida y bajada de elementos sin límite, al utilizar la red 4G o 5G tenemos que tratar de tener en cuenta el consumo de los datos móviles para no gastar toda la tarifa por haber hecho un uso desproporcionado, a menos que tengamos una tarifa que nos permita olvidarnos de esto.
Pensando en la velocidad
Lo primero que se plantean muchas personas es cuál de las dos opciones va a permitir que nuestro móvil salga ganando para conseguir que las aplicaciones carguen más rápido los contenidos, pudiendo ver series en streaming sin cortes o incluso descargar y subir archivos. Aquí la respuesta no es para nada sencilla, ya que debemos valorar tanto la conexión WiFi que tenemos como la de datos móviles.
Comenzando por el WIFI, en España la gran mayoría de personas disponen ya de fibra óptica, contando con al menos 100 Mb, lo que es más que suficiente para la gran mayoría de tareas. Por otro lado, nos topamos con la conexión mediante datos, la que usamos cuando estamos en la calle habitualmente y que puede ser 4G o 5G.
En el caso del 4G, la velocidad media que se alcanza es de 150 Mb aproximadamente, aunque teniendo en cuenta que la latencia es mayor que en una red WiFi. Hablando sobre el 5G, debemos saber que puede ofrecernos una velocidad mucho mayor, alcanzando los 10 Gbps.
La batería en el punto de mira
No podemos olvidarnos de otro apartado clave para nuestro teléfono en el uso de las conexiones, como es el consumo de la energía. La red WiFi supone un menor efecto en las celdas, extiendo la batería varios minutos más, a diferencia de lo que ocurre con las de tipo 4G y 5G que gastan más batería. Esto depende además de la cobertura que tengamos, ya que en las zonas donde es más complicado conectarse a una antena, el terminal tendrá que hacer un mayor esfuerzo para estar online y la batería lo termina notando.
Seguridad, otro tema importante
Podemos pensar que nuestra red WiFi es mucho más segura para el teléfono que una mediante datos que se encuentra en una antena, junto con otros muchos dispositivos de personas de nuestro alrededor, pero no es así. El teléfono, al conectarse al router, está compartiendo información con el resto de dispositivos conectados al mismo, el cual es más vulnerable a posibles ataques. Esto se multiplica a la hora de hablar de una red WiFi abierta o accesible para cualquier persona.
Mientras tanto, los datos móviles no intercambian prácticamente ningún dato con la antena y resulta muy complicado que alguien pueda ni tan siquiera saber el nombre de nuestro teléfono. Estas antenas tienen un mejor cifrado de datos, por eso incluso cuando estamos fuera de nuestro país, es la opción ideal en lugar de buscar alguna conexión fija de dudosa procedencia.
Conclusiones
Teniendo en cuenta todo lo que hemos mencionado, llega el momento de decidirnos por una u otra medida para usar internet en los smartphones. Una solución que no es matemática, pues dependerá del momento y situación en la que nos encontramos, en ninguno de los casos se va a producir un mayor desgaste del teléfono, más allá del consumo de la batería, que nos puede obligar a cargar antes el teléfono si no lo conectamos en mucho tiempo al WiFi.
Si tenemos a nuestra disposición la tranquilidad de conectarse al WiFi de casa, no debemos pasarlo por alto, ya que dentro de lo que cabe, es una conexión privada y no debería suponer amenazas. Mientras que en el resto de casos, cuando no tenemos cerca de nosotros el WiFi en propiedad, tenemos que optar por los datos móviles, siendo la mejor opción, tanto por velocidad como por tranquilidad, que una red WiFi abierta.