Desde hace años, cuando Sony lanzó el primer móvil que era resistente al agua de verdad, los fabricantes nos han vendido este tipo de resistencia al agua en muchos grados diferentes. Ahora hemos conocido el caso de un iPhone XS mojado, por el que su propietario se va a tener que gastar más de 600 euros para repararlo.
Los teléfonos que son resistentes al agua, por norma general, puede mantenerse sumergidos durante 30 minutos entre uno o dos metros de profundidad, según el fabricante. Eso también es lo que ofrecería presuntamente el iPhone XS, pero nada más lejos de la realidad para este usuario que ha visto que además de no ser cierto tendrá que pagar una gran suma por repararlo.
Resistencia al agua… ¿sólo a las salpicaduras?
Este caso es bastante curioso, porque el protagonista de esta historia, un ciudadano chino al que se le cayó el iPhone a la bañera de manera accidental, le va a costar reparar su teléfono casi lo mismo que comprar uno nuevo. Todo comienza cuando a este se le cae el iPhone XS al agua, y aunque saca inmediatamente el teléfono de ella y lo seca rápidamente, aprecia daños en el funcionamiento del Face ID, por ejemplo.
Como es lógico, estaba confiado de que no pasaría nada, porque todos sabemos que este teléfono cuenta con certificación IP68 contra el agua y el polvo, lo que le permite permanecer sumergido hasta dos metros durante 30 minutos. Pues bien, en el Apple Store le dijeron que el teléfono solo era resistente a salpicaduras, y que aunque este estuviera en garantía, no podían hacerla efectiva porque dentro de la garantía no caben los daños por haberse sumergido completamente en el agua. Así que por mucho que pienses que puede mojar tu iPhone XS, para efectos de garantía solo se contemplan las salpicaduras. Es algo delicado, sobre todo si sospechamos que nuestra pantalla podría estar rota, ya que la humedad hará pronto de las suyas.
Lo peor de todo es la factura de este proceso. Ya que los técnicos de Apple le piden a este usuario un total de 694 dólares por reparar su iPhone XS, unos 620 euros al cambio. Desde la web de Apple advierten de que «La resistencia a las salpicaduras, el agua y el polvo no es permanente y puede disminuir como consecuencia del uso habitual» por lo que con esta frase se reservan la posibilidad de que ciertos daños de agua no entren en la garantía, y que el propietario del teléfono tenga que asumir el coste total de la reparación, como ha ocurrido en esta ocasión. Así que no creas a pies juntillas lo que viste en la publicidad de tu nuevo iPhone, porque si lo mojas, es bajo tu responsabilidad. La firma de Cupertino probablemente se lavará las manos precisamente con ese mismo agua que ha dañado tu teléfono.