Hemos podido visitar una de las fábricas que la compañía Oppo tiene en China (concretamente en la ciudad de Dongguan), y de esta forma nos ha quedado claro cómo son los procesos que se realizan para ensamblar el modelo Oppo RX17 Pro y, también, las pruebas de resistencia que se realizan para estar seguros de la calidad del producto final.
Lo cierto es que impresiona estar en la fábrica de Oppo que hemos visitado, ya que las dimensiones son realmente espectaculares hablamos de un centro en el que 15.000 trabajadores por turnos van creando desde una serie de componentes a un completo smartphone. Los automatismos están presentes en todas las fases, pero no falta cierta manipulación manual en algunos momentos, como por ejemplo al revisar que el acabado a la hora de terminar un proceso es el adecuado. Por lo tanto, máquina y hombre se juntan en Oppo para conseguir cumplir con sus objetivos: crear teléfonos de calidad, de diseño atractivo y que ofrezcan una buena experiencia de uso.
Es importante conocer que Oppo es una compañía de unas grandes dimensiones, ya que en 2017 fue el segundo fabricante en China (cuarto mundial) y, además, no le falta un desarrollo de I+D muy importante, donde destacan tecnologías como Super VOOC (que permite la carga más rápida de baterías actualmente) y, además, hablamos de una firma que tiene más de 18.000 patentes. Y, todo ello, con una inversión importante ya que se cuenta con 2.000 ingenieros. Es decir, que estamos ante una empresa con músculo y que sabe perfectamente por donde se anda -fue creada en 2004, fabricando entonces diferentes dispositivos electrónicos como por ejemplo reproductores MP3-.
Proceso de fabricación de los teléfonos de Oppo
Evidentemente no pudimos ver los propios para cada uno de los terminales que actualmente fabrica la compañía, y la visita se centró en la línea propia del RX17 Pro. Descubrimos una cantidad de procesos muy númerosos, más de lo esperado, ya que en la fábrica de Oppo se imprime desde la placa PCB en la que se integran diferentes componentes como por ejemplo el procesador o la RAM -la cantidad de estas puede llegar a 7,5 millones al mes en caso de necesidad-. Aquí llama la atención las cintas de impresión que existen que parecen rollos de películas de cine que van avanzando para ser colocados mediante fusión con el elemento central del smartphone -la mencionada placa PCB-.
En cada una de las fases por las que pasa el esqueleto que finalmente será el teléfono hay una revisión manual en la que se comprueba que todo está integrado de forma correcta y, posteriormente, se aplica una revisión automática en máquinas específicas en las que, por ejemplo, se comprueba el sellado de la pantalla o si las antenas están en la posición adecuada. Interesante indicar que en Oppo se dispone de máquinas que comprueban la instalación de software, en un primer momento del inicial que hace que todo funcione al pulsar el botón de encendido y, posteriormente, otra que revisa si el sistema operativo funciona de forma adecuada.
Otra de las cosas que nos llamó la atención en el sofisticado proceso de fabricación de Oppo, es que por un lado va una línea en la que ensambla las «tripas» del teléfono y por otro se fabrica la carcasa. Y en este proceso hay que destacar que existe incluso un sistema de pulido que es muy preciso. El caso, es que una vez que se tiene todo preparado se integran los dos elementos y, con la colocación de la pantalla y la instalación de software se manda a la línea de empaquetado. Pero, eso sí, antes de comenzar con la producción en masa se somete a varias unidades a unos test de resistencia para comprobar que aguantarán el día a día de los usuarios.
Por cierto, que la capacidad que tiene la fábrica que visitamos en lo que tiene que ver con los productos que es capaz de finalizar en un día es de 10.000 unidades, siempre que todas las líneas estén operativas (incluidas las de test).
Pruebas de resistencia que se realizan a los teléfonos de Oppo
Estas se pasan en un laboratorio que hay en la fábrica de Oppo denominado QE Lab, y en ella se realizan diferentes test en los que se comprueba que los resultados de las líneas de fabricación están preparados para ser vendidos con unos elevados criterios de calidad. Se podría decir que se realiza una «tortura» para conocer la resistencia en todo tipo de situaciones.
Las diferentes pruebas a las que se somete a los terminales de Oppo superan las 150, pero estas son las más importantes que pasan todos los prototipos antes de pasar a las líneas de producción:
- Test de caída: se deja caer el terminal desde diferentes alturas (desde 1 hasta 1,8 metros) varias veces para conocer si la resistencia de los componentes y la carcasa es la adecuada. Aquí también existe una máquina hueca en el que se meten los teléfonos y se les deja que sufran impactos debido a que esta gira de forma constante.
- Prueba de funcionamiento de los botones: mediante máquinas específicas, se pulsan estos de forma repetida más de 100.000 veces para comprobar la respuesta y resistencia de estos elementos.
- Caída desde pequeñas alturas: se deja impactar en una superficie desde una altura de siete centímetros más de 20.000 veces para comprobar que en el día a día que esto ocurra no tiene impacto en el hardware ni en el acabado de la carcasa.
- Prueba de torsión: se comprueba que cierta torsión, con un máximo de giro de tres milímetros, no afecta al uso habitual ni el funcionamiento de la pantalla. Esto es esencial para asegurarse que un teléfono de Oppo no sufre al llevarlo en el bolsillo.
- Test de rotación: aquí se comprueba que los giros no afectan a la estructura del teléfono y que los sensores funcionan de forma correcta. Mediante un sistema de contrapesos repiten giros más de 75 veces por unidad en diferentes tandas con velocidades distintas y gradientes más o menos amplios.
Aparte de todo esto, se ejecutan otras pruebas, como por ejemplo una en la que se lanzan chorros de agua para comprobar la resistencia; otra en la que se revisa el funcionamiento con diferentes condiciones ambientales (calor de 85 grados por un tiempo de 500 horas o pasar dos días en una máquina con una humedad ambiente del 95%); y, como no, se dispone de procesos que prueban la resistencia de la presión excesiva en las pantallas o el uso de elementos como llaves.
Como se puede ver, los procesos que se realizan en las fábricas de Oppo son muchos y avanzados, con un control exhaustivo de la calidad y en el que se demuestra que el desarrollo de patentes y tecnologías se aplican de forma efectiva en los teléfonos. Y, todo ello, con unas comprobaciones que aseguran que al comprar sus teléfonos, se obtiene un smartphone de calidad. Por lo tanto, son excelentes noticias que este fabricante ya esté en España.