Con la llegada de juegos como Fortnite, la demanda de gamepads inalámbricos para Android entre el público juvenil ha crecido considerablemente (aunque curiosamente el juego de Epic no permite el uso de este tipo de periféricos). Los controles táctiles no llegan a ser del todo cómodos, y hacer uno de uno de esos periféricos supone un cambio abismal a la hora de completar una partida en lo más alto de la tabla.
Recientemente, Google confirmaba la incorporación del gamepad de Xbox One entre los dispositivos compatibles con la última versión de Android, sin embargo, la sorpresa llega hoy desde XDA-Developers, donde se han percatado que Android 9 Pie también incluye las librerías necesarias para que el DualShock 4 funcione sin problemas en Android.
El DualShock 4 ya es compatible con Android 9 Pie
Teniendo en cuenta que el DualShock 4 ofrece conexión Bluetooth, conectarlo con cualquier dispositivo androide es cuestión de segundos, sin embargo, el problema llega a la hora de utilizarlo, ya que el sistema no reconoce el mapeado de los botones en ninguna aplicación. Esto sólo tenía solución en teléfonos Xperia, ya que Sony se encargaba de incluir la configuración necesaria en el sistema de sus teléfonos para que el mando funcionase sin problemas. Si querías conectar un DualShock 4 en otros dispositivos, necesitabas acceso root y los archivos necesarios para instalarlos.
Pero todo esto cambia con la llegada de Android 9 Pie. La propia Google se ha encargado de incluir el mapeo de los botones del mando, por lo que sólo tendremos enlazar el mando con el dispositivo para comenzar a jugar. Gracias a esto ya no tendremos que depender de que el fabricante tenga en mente el mando de Sony, ni optar por métodos más complejos. Un Plug and Play del libro.
Fortnite no será compatible
La mala noticia es que el DualShock 4 no será compatible con Fortnite. Si ese ni otros gamepads, ya que Epic Games sigue manteniendo su decisión de no permitir el uso de periféricos de control en su juego. Básicamente se trata de una medida para mantener un equilibro de jugabilidad entre los jugadores, ya que dejando a un lado la habilidad de cada uno, el uso de un mando supone un salto exponencial frente a otro jugador que lo hace con los controles integrados en la pantalla. No es trampa ni dopping… pero casi.