Ayer fue un día bastante movido para los que trabajamos en esto del periodismo tecnológico destinado al mundo de la telefonía inteligente. Xiaomi eligió Madrid para presentar al sucesor del aclamado Mi A1 y lo hizo acompañando a dicho smartphone de un Xiaomi Mi A2 Lite que también nos ha dejado muy buenas sensaciones. Como era inevitable, nosotros acudimos a la cita para poder hablaros de todas las novedades acerca del Xiaomi Mi A2 y hasta os contamos nuestras primeras impresiones acerca del Xiaomi Mi A2 y su «hermano» pequeño, el Mi A2 Lite.
Xiaomi ha complicado bastante las cosas esta vez al posible comprador de su smartphone con Android One, y no porque los smartphones lanzados sean malos en absoluto, sino porque el Xiaomi Mi A2 ha elevado su precio de partida (habrá que ver su evolución en el tiempo) y ha perdido por el camino el jack para auriculares (además de la tarjeta microSD), al tiempo que su versión Lite, a pesar de su apellido, integra más pantalla que el Mi A1 original y comparte procesador con el mismo; eso sí, a costa de un notch.
Pero además de todo lo anterior, Xiaomi ha tomado otra decisión empresarial que puede ser bastante cuestionada por el consumidor, no tanto por la repercusión en el uso del smartphone, sino por la discriminación que la misma conlleva, algo que no suele sentar bastante bien al consumidor medio. Hablamos de su sistema de carga rápida.
Xiaomi privilegia a los usuarios de la India con Quick Charge 4.0
Estamos acostumbrados a ver diferentes versiones de un mismo smartphone en base al mercado al que están destinados. Samsung vende en Europa los Galaxy S9 con procesador Exynos y en EEUU con Snapdragon 845, en China suelen aparecer versiones con menos memoria RAM o almacenamiento que las europeas y Apple hasta usa diferente módems en sus iPhone.
Pero mientras lo anterior suele obedecer a razones de compatibilidad técnica o precio, lo que no suele ser normal es ver como un mismo smartphone se vende con diferentes sistemas de carga rápida, y lo que es más curioso aún, que sea en un mercado emergente (no por ello menos importante o pequeño) donde se venda el modelo más prestacional.
En una jugada que demuestra con creces el poder que está cogiendo el mercado indio en el resto del mundo, Xiaomi ha decidido que todas las unidades que se vendan en dicho mercado de su nuevo smartphone con Android One será compatibles con Quick Charge 4.o (que no Quick Charge 4.0+), mientras que la versión internacional del Xiaomi Mi A2 solo soportará Quick Charge 3.0.
Este dispositivo, que será puesto a la venta en la India el 8 de agosto (en España habrá que esperar al día 10 de agosto), tendrá por lo tanto un sistema de carga rápida hasta un 20% más veloz cuando se trate de una versión para el mercado indio, un lugar donde Xiaomi ha vendido 10 millones de smartphones en el segundo trimestre de 2018 y que tiene por lo tanto una gran importancia para la firma china.
Por ahora, es difícil concretar el por qué de esta decisión de Xiaomi, ya que el Snapdragon 660 presente en el dispositivo es compatible lógicamente con Quick Charge 4.0, pero habría que dilucidar si la versión internacional carece de algún otro elemento de hardware que imposibilite dicha compatibilidad o todo se trata de un «capado» a nivel de software.
De ser esta última la explicación, no creemos que tarden en aparecer las ROMs saltándose dicha limitación, ya que lo cierto es que no hablamos de cualquier tontería, sino de que nuestro Xiaomi Mi A2 tarde una quinta parte menos de tiempo en estar listo, algo que puede ser bastante útil, sobre todo si tenemos en cuenta que la batería se ha reducido ligeramente hasta los 3.010 mAh respecto del Mi A1.
Lo más curioso del asunto es que Xiaomi, lejos de promocionar esta ventaja, venderá los Xiaomi Mi A2 en la India con un cargador estándar de 5V/2A, por lo que los usuarios hindúes deberán comprar un cargador compatible para disfrutar de la carga más rápida que el dispositivo es capaz de soportar. O se nos escapa algo o esta postura de Xiaomi no tiene mucho sentido. ¿Vosotros que opináis?