Históricamente, la salud económica de Apple ha estado ligada de lleno a las ventas de su iPhone. De hecho, más del 60% de sus ingresos proceden de la venta de las distintas versiones del iPhone. Sin embargo, la trayectoria comercial del iPhone 7 no ha logrado el estímulo necesario para la compañía, que buscará en los próximos meses la reacción económica esperada con el iPhone 8. La siguiente gráfica expresa de forma práctica la proyección del negocio de telefonía de Apple para los próximos tres años.
Uno de los grandes problemas que deben afrontar las empresas tecnológicas es la dinámica del mercado en el que se mueven. Bien podríamos aplicar en este caso el dicho de “renovarse o morir”. Y si éste no es lo suficientemente expresivo, tenemos casos destacados que nos sirven para comprender la importancia de estar a pie de cañón si no quieres caer.
Y si no, que pregunten a los directivos de la antigua Nokia, el mayor fabricante de smartphones en la etapa de los años 90, a los de BlackBerry o incluso a HTC, que en estos momentos agoniza con las fauces de Google al acecho. Empresas punteras en un segmento de mercado que cayeron de lo más alto y perdieron un puesto privilegiado en la industria por no innovar y adaptarse con la rapidez que demanda el mercado.
Apple necesita potenciar las ventas de iPhone
Desde esa perspectiva, nos encontramos con un estudio analítico realizado por el analista Robert Cihra de la firma Guggenheim Securities. Lo cierto es que el mismo desglosa de una forma gráfica cómo ha sustentado Apple durante los últimos años su modelo de negocio.
Tal y como ya adelantábamos al inicio, las ventas del iPhone es su mayor activo. En la gráfica adjunta, podemos apreciar en morado el peso de los ingresos por la venta del smartphone a lo largo de los últimos seis años. La tónica predominante desde 2010 hasta 2015 es la misma, con algunos saltos destacables. El iPhone ha tenido todo el protagonismo en el negocio de la firma norteamericana. Especial atención al periodo de 2015, donde el estreno del iPhone 6 como modelo disruptor por aquellas fechas potenció de forma exponencial las ventas e ingresos de la firma.
Sin embargo, la gráfica igualmente deja ver que el problema para Apple llegaba en 2016, cuando un desgastado diseño y falta de innovación en el iPhone 6s y, en menor medida el iPhone 7, lastraban las cuentas. Fue por entonces cuando empezó a generarse cierto alarmismo.
El iPhone 8 será pieza clave
Lo cierto es que las ventas de Apple en el mercado de smartphones han decelerado, incluso a un mayor ritmo que el marcado por las estadísticas de venta de smartphones a nivel global. A pesar de que el iPhone 7 ha logrado aguantar el chaparrón con cifras discretas, Apple requiere un estímulo para potenciar la venta de su modelo de referencia.
Es aquí donde el iPhone 8 entra en juego. Según las estadísticas de la firma de mercados Guggenheim, los próximos años serán vitales para el negocio de Apple. Los de Cupertino necesitan recuperar ese estímulo que arroja a sus clientes a renovar y comprar un iPhone. Si no lo consigue, tal y como se muestra en la gráfica, la tecnológica tendrá que afrontar problemas derivados de la presión de inversores y la repercusión en el mercado de valores.
Y es que, si bien los de Apple buscan compensar la caída de beneficios de iPhone con otros servicios en incipiente crecimiento (marcado en la gráfica estadística en rojo) en los que se pueden englobar iCloud o Apple Music, entre otros, el mayor margen de beneficio lo marca sin lugar a dudas la venta de su smartphone. De ahí que tanto el éxito del iPhone 8 como el de próximas generaciones sea de vital importancia para los de Cupertino, máxime cuando la firma se desligó definitivamente del mercado publicitario, la base de negocio de otras de sus máximos rivales, con Google como mayor figura.