Cuando compramos un teléfono, por defecto, este viene con el bootloader bloqueado y un recovery oficial que impide instalar paquetes no firmados por el propio fabricante como medida de seguridad. Sin embargo, el ecosistema Android es un ecosistema mucho más abierto que, por ejemplo, iOS, por lo que, aunque esta sea la configuración de fábrica, con unos sencillos pasos es posible desbloquear el bootloader y tomar el control completo sobre el dispositivo, pudiendo, por ejemplo, hacer root o instalar otras versiones de Android.
Nexus es la gama de smartphones desarrollados y mantenidos por Google, predecesores a la actual gama Pixel. Igual que cualquier otro dispositivo, estos smartphones vienen con el bootloader bloqueado y un recovery propio que impide modificar el sistema, sin embargo, también pueden modificase fácilmente. El problema es que, una vez modificados, si queremos volver a los valores de fábrica, por ejemplo, para seguir recibiendo actualizaciones oficiales o tramitar una garantía, el proceso manual, paso a paso, puede ser algo complicado y no siempre deja el teléfono con la configuración estándar.
Por ello, si necesitamos asegurarnos de que nuestro smartphone Nexus (o, incluso, Pixel) queda con su configuración original de fábrica, a continuación, os dejamos una completa guía, paso a paso, con la que os enseñamos a instalar la última versión oficial de Android y, además, a restablecer los valores de fábrica de cualquiera de estos smartphones.
¿Hasta qué punto merece la pena modificar las configuraciones de fábrica de los Nexus?
Aunque la marca «Nexus» ha perdido su esencia (un smartphone de altas prestaciones por un módulo precio y especialmente pensado para desarrolladores) desde el lanzamiento del Nexus 5, tener un teléfono desarrollado y mantenido directamente por Google tiene muchas ventajas, por ejemplo, ser los primeros en recibir, vía OTA, las actualizaciones de Android y los parches de seguridad.
No hay nada mejor que un Android puro con actualizaciones en tiempo real, por lo tanto, cambiar de rom, aunque existen alternativas, realmente no merece la pena. Igualmente, hoy en día el root prácticamente no es necesario salvo para realizar configuraciones muy concretas (y cada vez menos), por lo que, liberar el bootloader y cambiar el recovery solo para esto nos da más que perder de lo que ganamos ya que, principalmente, nos quedaremos sin las actualizaciones oficiales de Google.
Sin embargo, ningún teléfono tiene un soporte infinito y, ya sea un Samsung, un LG, un Pixel o un Nexus, tarde o temprano quedará abandonado y sin soporte. A partir de este momento, puede ser una buena idea proceder con la liberación del bootloader, instalar un recovery e instalar una rom personalizada como CyanogenMod que nos permita seguir aprovechando todo el potencial de nuestro smartphone, al menos, durante varias versiones más.
Sin embargo, mientras tengamos soporte, la verdad es que modificar estos aspectos es algo totalmente innecesario y tiene más desventajas que las ventajas que aporta.