Hay quien no está demasiado contento con que la tecnología móvil nos haya invadido de la forma en la que lo ha hecho, que ha calado hasta los niveles más increíbles de la sociedad. El caso es que por mucho que se metan con ella, cada día que pasa más demuestra su utilidad más allá de que usemos el smartphone para frivolidades como jugar, chatear o navegar por internet.
Un diagnóstico rápido
La historia nos traslada hasta Argentina y una familia que decide irse de vacaciones a Punta Cana para pasar unos días. Durante el vuelo, los padres de Federica (la niña protagonista de la historia y con apenas un año y diez meses) comprueban que la pequeña empieza a padecer una fuerte diarrea que les lleva, según aterrizan, a acudir al hospital para ver qué le pasa. Como casi siempre ocurre en estos casos, los médicos dan el diagnóstico de que se trata de algún virus y parece que la cosa no reviste gravedad.
La madre se queda a cargo de la pequeña pero al día siguiente, Federica está todavía peor. Mientras el equipo médico del hospital examina a la pequeña, la madre escribe por WhatsApp a su hermano, en Argentina, para contarle lo que está pasando. Éste, casi de inmediato, se dirige a dos amigas que ejercen la medicina para contarles lo ocurrido y lo primero que hacen es pedir que les manden (por WhatsApp) los resultados de todas las pruebas que le hagan a la pequeña.
Dicho y hecho. Los mensajes empezaron a fluir por WhatsApp con todos los datos y rápidamente las dos doctoras llegaron a una conclusión: nada de infección vírica o microorganismos en el intestino. Lo que le pasaba a Federica era que estaba sufriendo el llamado Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), enfermedad que se ha convertido en «primera causa de insuficiencia renal aguda en niños menores y que reviste cierta gravedad, ya que puede llevar a que el pequeño tenga incluso que recibir un trasplante de riñón».
Con ese diagnóstico, los padres fueron a los médicos del hospital de Punta Cana, que nunca habían escuchado algo así. A pesar de todo, les honra haber aceptado esa conclusión a la que llegaron las facultativas argentinas y tras un rápido tratamiento de diálisis y transfusiones, la pequeña ya se ha recuperado del todo.