Las pantallas OLED con tecnología Super AMOLED conquistaban el corazón de muchos por la reproducción de saturados y brillantes colores, pero también se estandarizaba en el mercado por sus virtudes técnicas que Samsung ha ido optimizando con el paso del tiempo. Uno de esos puntos es el consumo energético, especialmente en la reproducción de colores oscuros. Ahora un análisis nos muestra en unas gráficas cómo de eficiente es el display utilizado en la última generación de los Samsung Galaxy, el Samsung Galaxy S6, y además se contrastan los resultados con las cifras proporcionadas por otros modelos como el Samsung Galaxy S4 y Galaxy S5 para comprobar cuál ha sido la mejora aplicada en esta materia por el fabricante durante los últimos años.
Junto a las conexiones inalámbricas, la pantalla es uno de los componentes de todo smartphone que más energía consume, por lo que se trata de un punto vital a la hora de valorar la autonomía de un dispositivo de estas características. Mientras otros fabricantes han seguido apostando por la mejora de las pantallas LCD con retroiluminación, Samsung se ha mantenido firme en su idea de estandarizar sus conocidos y populares display AMOLED. Sin entrar en el debate de si la paleta de colores reproducida es la adecuada o no –aunque estudios de DiplayMate indiquen que en términos de calidad es la mejor pantalla del mercado- lo cierto es que la profundidad de los negros y la eficiencia energética en ciertas condiciones son dos de los puntos fuertes de la tecnología propietaria avalada por la multinacional asiática.
Evolución de los paneles Super AMOLED
Sin embargo, ¿en qué medida ha evolucionado Samsung sus pantallas Super AMOLED? ¿Ha logrado el fabricante mejorar significativamente este tipo de paneles orgánicos? ¿Se dicen adiós a los problemas de pantalla negra en Samsung?Para responder a tal pregunta, el equipo de AnandTech ha tenido oportunidad de llevar a cabo una prueba de laboratorio a partir de la cual ha medido el consumo energético y el nivel de brillo de las distintas pantallas AMOLED integradas en modelos como el Samsung Galaxy S4, Samsung Galaxy S5, Samsung Galaxy S5 LTE-A y Samsung Galaxy S6.
Lo cierto es que los resultados no nos deparan demasiadas sorpresas. El último de los Galaxy S presentados es el que incluye la pantalla más eficiente, la que menos energía consume. La medición se ha realizado en la peor de las condiciones, que para este tipo de paneles es la reproducción del blanco. Y es que por la naturaleza de este panel, el no disponer de retroiluminación, propicia que para dar esa tonalidad sea necesario estimular con energía los componentes orgánicos de los que se componen todos los píxeles y subpíxeles, reproduciendo la situación de máximo “estrés” energético. A modo informativo, la situación es totalmente contraria en la reproducción de tonos oscuros, donde la pantalla no requiere encender ninguno de los píxeles para ofrecer un negro puro y una cantidad ínfima para tonos similares.
El S6, el más eficiente
Una vez tengamos en cuenta este detalle técnico, es hora de interpretar las gráficas ofrecidas por el portal de tecnología AnandTech. Tal y como se aprecia, Samsung ha logrado evolucionar en gran medida el consumo energético y el nivel de brillo máximo de sus pantallas desde el lanzamiento del Samsung Galaxy S4. Y es que este modelo requería 1.792 mW para que la pantalla luciese a su máximo nivel de brillo, unos 300 nits. Vemos cómo a igualdad de condiciones el Samsung Galaxy S5 LTE-A –que dispone ya de pantalla con resolución 2K- y el Samsung Galaxy S5 logran reducir el consumo a sus niveles máximos de brillo para llegar a los valores ofrecidos por el display del Samsung Galaxy S6, el más reducido en lo que a consumo energético respecta (1214 mW).
Del mismo modo, se ha puesto a prueba el display del S6 para medir en condiciones más detalladas el consumo energético de su pantalla. Nos referimos a la reproducción de distintos colores a diferentes intensidades. La gráfica responde a todas nuestras preguntas. Como podemos ver, la línea gruesa negra representa la situación ideal de la pantalla Super AMOLED del Samsung Galaxy S6, donde se aprecia un consumo energético residual de unos 325 mW que se corresponden al consumo de otras partes y componentes del dispositivo para emitir en el display.