La revolución VR en la que andamos inmersos tuvo un comienzo, que fue el de la llegada de Oculus Rift a Kickstarter en septiembre de 2012 donde recaudó 10 veces más de lo que necesitaba. Ese éxito le permitió crecer y fichar a algunos nombres tan insignes como el de John Carmak, padre de Doom o Quake. Pero fue el impulso de Facebook hace unos meses y su dinero la que le ha dado la importancia que ahora tiene.
Samsung presentó el pasado mes de septiembre sus Gear VR con motivo del IFA de Berlín, un dispositivo que lleva en su interior un Galaxy Note 4 (se vende por separado) y que permite vivir experiencias de realidad virtual en la pantalla de nuestro ‘phablet’. Y todo eso que os contamos antes de la compañía comprada por Facebook tiene relevancia aquí por que ha sido la encargada de asesorar a los coreanos para diseñar este dispositivo. Es más, con estas gafas conseguiremos acceder a una Oculus Store donde nos podremos bajar software específico para las Gear VR. Y Temple Run VR será uno de ellos.
Esta versión del clásico ‘runner’ para móviles no cambiará demasiado lo que podremos hacer (esquivar obstáculos, escoger un camino a izquierda o derecha, recoger monedas, etc.) en él pero si el cómo lo debemos llevar a cabo, ya que se ha modificado la perspectiva típica de manejar al personaje en tercera persona por otra completamente subjetiva, en primera persona, y que nos permite incluso girar la cabeza 360º para ver cómo nos persiguen esos animales que durante la partida del clásico apenas tenían presencia.
Lo mejor de todo es que Temple Run VR es completamente gratis para todos los compradores de estas gafas de realidad virtual de Samsung que, recordemos, vendrán con una itenda de aplicaciones, juegos y ‘experiences’ propias, que intentará convencernos de lo bien que se pueden disfrutar películas, series o viajes 3D cuando nos ponen una pantalla de 5,7 pulgadas delante de los ojos y que, a la distancia que la vamos a mirar, nos hará creer que estamos ante una tele de 220 pulgadas.
Samsung da, así, el primer paso en el territorio de la realidad virtual. Un lugar en el que Oculus en los últimos tiempos ha llegado a afirmar que no parará hasta que uno de estos cachivaches esté presente en todas y cada una de las casas de todo el mundo. ¿Creéis que tiene futuro? ¿Alguien encontrará un uso real a la VR al margen del ocio y el entretenimiento? Contadnos.