La verdad es que cuando se revisan las especificaciones de este terminal, el LG G2 Mini, uno no se sorprende en exceso, ya que este modelo recurre para los dos componentes esenciales a una combinación ya habitual y que ha demostrado su solvencia: un procesador Snapdragon 400 de cuatro núcleos y 1 GB de RAM.
Lo cierto es que sobre el papel su funcionamiento no debe tener muchas fisuras, ya que en líneas generales este suele ser superior al que ofrecen modelos que integran procesadores de MediaTek. El caso es que este dispositivo ofrece todo lo necesario, tanto en el apartado de la conectividad como en el de la usabilidad para ser una buena opción.
Estéticamente mantiene los botones en la parte posterior, nos referimos a los de volumen y encendido, y al contrario que a su hermano mayor, el LG G2 Mini no “baila” tanto cuando se deja sobre superficies planas. Por cierto, que la parte interior es accesible y, por lo tanto, es posible cambiar la batería, por poner un ejemplo.
Con un sistema operativo Android 4.4.2, este modelo llega con una pantalla de 4,7 pulgadas, sólo 0,2 más que el Motorola Moto G, toda una referencia en la actualidad, y es que este es uno de los terminales con los que debe competir en el mercado (aunque, eso sí, el panel del LG G2 Mini no llega a calidad HD). Os dejamos el enlace para acceder a la prueba completa:
Si quieres ver la prueba completa del LG G2 Mini pulsa aquí.