La gominolas de colores siguen siendo las reinas de Android toda vez que el último estudio de fragmentación del sistema operativo de Google le otorga un porcentaje del 60,8%, una cantidad más que respetable y que sería una gran noticia para los de Mountain View si no fuera por que desde el 31 de octubre de 2013 tienen otra versión más reciente: KitKat.
Seguro que ya lo sabéis, pero desde Google están empezando a ver como un problema tanta fragmentación de su sistema operativo que repercute negativamente, no ya en la venta de dispositivos (que no lo hace ya que mantienen el primer puesto mundial con mucha distancia sobre sus perseguidores) sino en el negocio que va aparejado a través de sus tiendas de aplicaciones, servicios, música, películas, etc.
Pero aunque el 60,8% tenga Jelly Bean (en sus diferentes versiones, 4.1.x, 4.2.x y 4.3), casi el 32% sigue anclado en las tres primeras ediciones de Android que son, ya, auténticas reliquias sobre las que apenas pueden instalarse un buen número de aplicaciones y servicios disponibles para los terminales de Google.
Está claro que Android no puede permitirse que, tras siete meses del lanzamiento de la versión 4.4 KitKat, solo el 8,5% haya adoptado la versión más reciente del sistema operativo, máxime si quiere competir en volumen de negocio con Apple que, con una cuota de mercado muy inferior, comanda más del 80% del negocio que se mueve a través de las ‘stores’ virtuales.
Google quiere más porción de esa tarta, pero sabe que la fragmentación no le ayuda. De ahí que en los últimos tiempos esté empezando a endurecer las condiciones para usar su sistema operativo imponiendo muchás mas restricciones. ¿Su objetivo? Pues parece claro que conseguir que el mayor número de compañías se dejen de ‘capas de personalización’ y empiecen a utilizar su Android AOSP para que cada nueva actualización llegue al mayor número de dispositivos posible a la vez. ¿Lo conseguirá?