Cuatro piratas de aplicaciones Android podrían acabar en la cárcel

Cuatro piratas de aplicaciones Android podrían acabar en la cárcel

Iván Martín

La piratería es un mal endémico en lo referente a las aplicaciones, ya que muchas de ellas que son de pago son pirateadas y, así, se pueden conseguir sin tener que realizar desembolso alguno. Pues bien, cuatro de estos piratas se enfrentan a cargos en EEUU por lo que podrían acabar hasta cinco años en prisión.

Todos los acusados residen en Estados Unidos, y sus nombres son los siguientes: Kody Jon Peterson de 22 años, Thomas Allen Tinte de 21 años, Nicholas Anthony Narbone de 26 años y Thomas Pace de 38 años. Se les acusa de distribuir aplicaciones de pago por Internet de forma gratuita, con el consiguiente perjuicio que esto representa para los desarrolladores del software. En el caso de ser condenados culpables, ya que por ahora el juicio está pendiente, pueden dar con sus huesos en una prisión federal, nada más y nada menos.

Estos piratas son los responsables de los sitios SnappzMarket Group y de Appbucket Group, que comenzaron su actividad en 2011 y 2010 respectivamente. Y, aquí, es donde se realizaban las descargas gratuitas de las aplicaciones de pago. Por lo tanto, se demuestra que en EEUU se toman muy en serio todo lo referente a las propiedades intelectuales. Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, se han bajado desde ambos sitios más de un millón de copias de aplicaciones, lo que genera un evidente perjuicio a sus creadores.

Logotipo de web cerrada por ser pirata

Evidentemente está por ver si finalmente estos piratas acaban en la cárcel, pero lo que es evidente es que esta acción gubernamental puede sentar un precedente muy importante de cara a los que piensen crear sitios con los mismos fines. Además, también tanto desarrolladores independientes como compañías verán en esta acción una gran ayuda.

El caso es que esto que sucede en los terminales con sistema operativo Android, que ofrece una gran facilidad a la hora de poder instalar aplicaciones de orígenes que no son oficiales, y se está intentando frenar para proteger a los creadores -en especial a los independientes, ya que ellos son los que más arriesgan a la hora de desarrollar una app por su cuenta-. Veremos cómo acaba el juicio, pero lo cierto es que muchas veces los costes de las aplicaciones no son muy elevados, por lo que no existe una gran justificación para no comprarlas ya que, a fin de cuentas, si esto se hace es un robo por parte de quien la distribuye de forma gratuita.

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