Cómo protegerse del juice jacking al cargar el móvil en un puerto USB público
Con la proliferación de puntos de recarga públicos, que a finales de 2013 coparon la actualidad como las «farolas» instaladas en Murcia, aumenta un peligro que, no por no ser nuevo dado que existe casi desde que se inventaron los USB, deja de ser preocupante. Es el llamado juice jacking y os vamos a comentar en qué consiste y cómo podéis evitarlo.
A casi nadie se le escapa que ya la inmensa mayoría, por no decir todos, los smartphones y tablets se cargan con un cable USB, sea cual sea la conexión que hay en el otro extremo (miniUSB, lightning, etc). Sin embargo, este cable, por lo habitual es el mismo que utilizamos para los datos y por lo tanto, no deja de ser una puerta abierta a nuestro terminal.
Hasta hace poco no eran más que anécdotas pero cada vez más se pueden ver en aeropuertos, centros comerciales y hasta en las farolas de las calles, como pasa en Murcia, puntos de recarga públicos donde podemos conectar cómodamente nuestro terminal y cargar la batería.
Aunque la mayoría son de fiar, no está de más tomar alguna que otra precaución ya que, en realidad, estamos exponiendo toda la información que hay en el terminal porque si este puesto de recarga ha sido manipulado, no podemos saber si alguien está accediendo a nuestra información en la que hay contraseñas, tarjetas de crédito, datos de acceso a bancos, etc.
Primera opción: cárgalo apagado
Lo cierto es que evitar el peligro del juice jacking tiene una solución no sólo sencilla, sino también barata: si conectas tu móvil a un puerto de estos que siempre esté apagado. Punto, no tendrás problemas.
Segunda opción: USB Condom
Pero muchas veces, estos puestos se utilizan como recurso de emergencia porque necesitamos esa «rayita» de energía para hacer la inoportuna llamada que nos ha pillado sin batería. Para esos casos, la empresa int3.cc ha inventado el «USB Condom«, a la venta desde el pasado mes de septiembre y que es un dispositivo que nos permitirá, por apenas 10 dólares, conectar sin ningún tipo de miedo cualquier smartphone o tablet a un puerto USB público sin temor a perder los datos y así poder utilizarlo mientras carga.
Lo mejor, llevar tu propia batería externa
Aunque, si nos permitís un último consejo, cómo decían en «El milagro de P. Tinto», lo mejor es llevar «tu propia energía». Son cientos las baterías externas, y algunas como la Zagg que veis en la imagen apenas cuestan 30 euros y ofrecen 6000 mAh de carga, las que nos permitirán llevar en cualquier bolsillo o mochila una o varias recargas lista para ayudarnos en cualquier momento y, sobre todo, sin ningún tipo de miedo a que nuestros datos se vean comprometidos.
Con estos consejos no queremos crear alarma, dado que como hemos mencionado, la mayoría de los puestos de recargas suelen ser legítimos y no esconden nada detrás. Sin embargo, ser prevenidos nunca está de más en estos tiempos que corren.