Las gafas inteligentes quieren ser, junto con los smartwatches, la siguiente generación en el sector de los dispositivos móviles. Después del fuerte crecimiento de smartphones y tablets quieren convertirse en el complemento perfecto para ellos y según las estimaciones de los analistas no irán por mal camino.
En el caso de los smartwatches, Sony, Samsung y Pebble ya tienen sus modelos en el mercado. El resto de gigantes del sector están trabajando en ellos según las informaciones que han ido apareciendo en los últimos meses. Pero en relación a las gafas inteligentes quien lleva la voz cantante es Google.
Hasta el momento, la única compañía que ya está probando con desarrolladores un modelo de gafas inteligentes es Google. La compañía ha mejorado Google Glass hace unas semanas e incluso se habla de una segunda generación para el año que viene. Por el momento se trata de dispositivos solo para desarrolladores pero se espera que lleguen para usuarios finales a principios de 2014.
Aunque Google ha sido la primera, como ocurre con los smartwatches, otras compañías parecen estar pensando en lanzar sus propias gafas inteligentes, como por ejemplo Samsung. Esto ha provocado que las estimaciones de los analistas sean muy positivas para los próximos años en relación a este tipo de dispositivos.
Según la firma de investigación Juniper Research, tal y como recoge BGR, se estima que los envíos de gafas inteligentes lleguen a los 10 millones en el año 2018, en comparación con los cerca de sólo 87.000 envíos de este año. La firma además señala que a medida que el precio de venta de gafas inteligentes descienda, el nivel de adopción entre los consumidores se incrementará significativamente.
Añadir más funcionalidades
Según el informe, los envíos de gafas inteligentes serán impulsados principalmente por el sector de consumo, seguido por el sector sanitario y el sector empresarial.
Sin embargo señalan que los modelos de este tipo de dispositivos deberán incluir nuevas funciones más intuitivas y fáciles de usar, funciones que vayan más allá de utilizarlo como una “segunda pantalla”.
«Estos dispositivos necesitarían incorporar funcionalidades intuitivas y fáciles de usar y capturar la imaginación del público en general, incorporando una tecnología sin fisuras dentro de su rutina diaria», asegura el informe.