Parece que el camino del smartwatch de Samsung, el Galaxy Gear, va a ser tortuoso, al menos hasta que centre bien su objetivo y empiece a calar como un dispositivo útil más allá de sus cualidades de diseño como complemento a la moda.
El caso es que en un informe interno que manejan en Samsung, aparecen datos que no son como para estar contentos. Y es que el Galaxy Gear estaría rondando unas tasas de devolución alarmantes, superiores al 30% de compradores que, tras probarlo unos pocos días, deciden devolverlo y recuperar sus 299$ (299€ en España).
Estos datos tienen que ver con las Samsung Experience Shop, tiendas que los coreanos tienen en EE.UU. junto a Best Buy, uno de los gigantes de la distribución de tecnología. Aunque no han trascendido muchos detalles del informe, las razones fundamentales de esa tasa de devoluciones estaría en que el gadget no satisface las espectativas que el usuario que lo compra ha depositado en él, y pocas veces esa compra fallida se debe a una cuestión de errores a la hora de su funcionamiento.
En el informe no se detallan las razones por las que Samsung cree que está teniendo el smartwatch una acogida tan fría que hace esperar que la siempre rentable (en ventas) campaña de navidades (holydays que dicen allí) sea más floja de lo esperado para el Galaxy Gear.
Hay que recordar que, en la práctica, el Samsung Galaxy Gear funciona como un mando a distancia del móvil (ojo, y sólo algunos modelos como el Note 3 y el II, el S4, los Mega, etc., son compatibles) en el que apenas pueden realizarse tareas de forma autónoma más allá de hacer llamadas, fotos, vídeos o transferir contenidos al smartphone. Además, las aplicaciones de Google como Gmail o Hangouts no cuentan con la posibilidad de visionado en el dispositivo por lo que simplemente recibimos una alerta y el resto de la operación debemos terminarla en el móvil.
Otro de sus puntos a mejorar es el de las aplicaciones. Al necesitar de versiones nativas, adaptadas, tareas como saber cuándo nos llega un WhatsApp no se pueden realizar todavía por lo que no llegamos a recibir, siquiera, notificaciones en el Galaxy Gear. Esperemos que Samsung encuentre esas razones y, sobre todo, aprovechando el buen hardware que tiene el smartwatch, realice un retoque general a la forma de usar muchas de sus aplicaciones y opciones de comunicación con otros dispositivos.