El mal estado de salud, tanto a nivel económico, como de mercado, por el que está atravesando BlackBerry no es ninguna novedad para nadie. Media docena de empresas han caído en los rumores sobre una posible compra de la compañía canadiense. El último, y que gana enteros, es el de la china Lenovo, aunque detrás de esta compra hay posibles intereses ocultos a nivel político.
Así pues, en los últimos días Lenovo ha firmando un acuerdo de confidencialidad con BlackBerry en lo que supone uno de los pasos previos cuando dos empresas entran en fase de negociación para procesos de compra, absorción o de gran índole accionarial. Este acuerdo no implica que la compra por parte de los chinos se vaya hacer efectiva, es simplemente un paso previo, y ante los fuertes rumores, parece la evidencia definitiva de que algo importante está a punto de pasar.
No obstante, pese a todas estas señales que apuntan a Lenovo como nuevos “dueños” de BlackBerry, hay un fuerte componente político que puede dar al traste con toda esta operación. Guste o no, la forma de llevar la política en el gigante asiático no terminan de convencer en Occidente, por lo tanto, todos los movimientos empresariales, y más en un ámbito tan delicado como el de las telecomunicaciones, se mira con especial cuidado.
La duda sobre China
Que el país asiático no levanta una gran simpatía entre las grandes compañías internacionales no es ninguna novedad. De hecho, cada vez que alguna de sus grandes empresas tecnológicas, ZTE o Huawei, hacen algún movimiento de asimilación, compra, o acuerdos, saltan todas las alarmas por las posibles filtraciones de información o datos de los ciudadanos o gobiernos del país que las acoge.
Esta ocasión no podía ser diferente. Además, también hay un caso reciente de problemas con una empresa canadiense. Se trata de Nortel Networks, donde anteriormente ya había entrado Lenovo. Tras una serie de acciones que nadie comprendió en la compañía canadiense, Nortel se fue a la quiebra y muchos concluyeron que se había tratado de una acción buscada por parte de los chinos.
Toda esta conspiración va un paso más allá, y lógicamente tiene como protagonista a EEUU, puesto que más de 1 millón de empleados federales usan una BlackBerry como terminal móvil de trabajo, y teniendo en cuenta que el Gobierno de Canadá puede vetar la compra de una empresa de su país por otra extranjera, el movimiento de Lenovo solo se entiende por el hecho de querer tomar el control, aunque sea de sus datos e información, y posteriormente hacer caer a BlackBerry.