La historia de Apple y Samsung, desde principios de 2011, no es precisamente un ejemplo de civismo y buenas formas entre compañías, ya que entre las demandas por las patentes que se van interponiendo y las publicidades en las que se meten el dedo en el ojo cada vez que lanzan un nuevo dispositivo móvil, a uno le cuesta pensar que todavía mantengan una relación comercial provechosa.
Pero el caso es que así es. Que Apple le sigue pidiendo a Samsung muchos de los componentes que forman parte de sus iPhone o iPad o, al menos, así era hasta ahora. Porque según informa WSJ (The Wall Street Journal), esto podría tener los días contados. Concretamente, hasta 2014, momento en el que Apple habría decidido cambiar de proveedor para dar carpetazo a su relación con uno de sus grandes competidores.
El agraciado con el nuevo contrato de provisión de componentes para los de Cupertino será TSMC (Taiwan Semiconductor Manufacturing Company), la empresa de fabricación de semiconductores más grande del mundo. El acuerdo, que según la misma información entrará en vigor en 2014, parece no haber tenido un camino de rosas ya que los exigentes estándares de calidad de Apple habría retrasado considerablemente el ‘sí’ de los taiwaneses que, imaginamos, no querrían haberse pillado los dedos hasta saber que podrían satisfacer la demanda y calidad en todos sus productos.
El principal damnificado por este cambio será Samsung, que dejará de proporcionarle a Apple buena parte de los componentes de sus dispositivos móviles en una decisión que, parece claro, tiene que ver con el contencioso que mantienen desde principios de 2011 a cuenta de las patentes y plagios que unos dicen que han cometido los otros. La guerra, declarada, se inició con una demanda de Apple que acusaba a los coreanos de copiar sus diseños en el Samsung Galaxy S y los primeros Galaxy Tab. Aunque en realidad, todo el mundo sabía que en el fondo, lo que subyacía era la fijación de Steve Jobs por acabar con Google y su Android.