Según el calendario de actualizaciones de Samsung, los Galaxy S2 y Galaxy Note deberían recibir este mismo mes la nueva versión de Android 4.1.2 Jelly Bean. Sin embargo, el reciente descubrimiento del bug que aprovecha ExynosAbuse ha propiciado un nuevo retraso. El objetivo de los surcoreanos sería el de lanzar una sola OTA que, además de actualizar los dos terminales con el software de Google, solucione el error de seguridad que permite a un código malicioso conseguir root y escritura y lectura en la memoria sin el permiso del propio usuario.
Jelly Bean es una de las actualizaciones más esperadas en toda la gama de dispositivos Android que la soportan. En el catálogo de Samsung ya tenemos varios terminales actualizados y que sirven para comprobar los avances conseguidos con esta nueva versión de software. Sin embargo, aún quedan modelos Samsung Galaxy por actualizar, tales como el Samsung Galaxy S2 y Galaxy Note, que por ahora tendrán que seguir esperando.
ExynosAbuse se entromete
A pesar de que sus actualizaciones estaban ya prácticamente fijadas, se repite un nuevo capítulo de retrasos. Si bien las OTA para ambos modelos estaban a punto de ser liberadas, en esta ocasión el motivo del aplazamiento está más que justificado. Según apunta Sammobile, el fabricante habría paralizado la actualización de los Galaxy S2 y Galaxy Note para corregir el grave fallo de seguridad descubierto esta misma semana. Y es que el xploit ExynosAbuse conseguía hacerse con los permisos de superusuario aprovechando un agujero de seguridad en el kernel del procesador Samsung Exynos 4. Aunque este punto es preocupante, lo realmente peligroso era la puerta abierta que permitía robar información privada mediante una aplicación compilada para tal fin.
Unificación de actualizaciones en una sola OTA
De este modo, Samsung tiene en mente solucionar este problema de seguridad con la misma actualización que llevará Android 4.1.2 a los dispositivos. Aunque es una buena noticia para los posibles afectados, lo cierto es que este nuevo imprevisto conseguirá retrasar nuevamente una actualización que se les resiste y que debería haber llegado en noviembre, al menos en el caso del Samsung Galaxy S2.