La fiebre por conseguir el último terminal de Apple, el iPhone 5, llegó a Hong Kong el 21 de septiembre, día de la primera oleada de lanzamientos a nivel internacional. Como en otros lugares del mundo, el número de dispositivos que llegaron a las tiendas era más bien escaso y en estos momentos, según AllThingsD, el terminal está agotado. La solución ha pasado por sortear los equipos entre los que desean adquirir uno.
El problema de falta de terminales que se está produciendo en Hong Kong no es algo exclusivo. De hecho, en Estados Unidos, por ejemplo, hay que esperar entre tres y cuatro semanas como mínimo para recibir el iPhone 5. La razón de tanta demora para la entrega del terminal es la falta de unidades. Así, en Hong Kong, los operadores locales están tomando nota y haciendo una lista de los usuarios que quieren adquirir uno, pero no podrán entregarlos hasta finales de octubre o principios de noviembre. Por esta razón, parece que la única manera de recoger un iPhone 5 en la tienda de Apple que se encuentra en el centro financiero internacional (IFC) es ser el afortunado en un sorteo.
Por tanto, el proceso pasa por solicitar el iPhone 5 on-line y participar después en un sorteo que determina quién es la persona que podrá recoger el terminal al día siguiente en la tienda. De hecho, el analista Brian White ha comentado, después de visitar Hong Kong, que un usuario tiene más oportunidades de conseguir un iPhone 5 participando en este sorteo. Conclusión, que Hong Kong tiene en estos momentos “fiebre de iPhone 5”, y como ha ocurrido en otras ocasiones, la demanda es mayor que la oferta.
Las razones
Los dos argumentos que se nos ocurren para que se produzcan estas situaciones tienen que ver directamente con las decisiones estratégicas de Apple a la hora de determinar la cantidad de terminales que se fabrican. Así, por un lado parece que la compañía no se quiere pillar los dedos con una oferta excesiva que satisfaga sobradamente la demanda –algo que nunca ocurre–. Sería una manera de producir en función de la demanda para no tener terminales en stock, a la espera de venta. Por otro lado, es una clara herramienta publicitaria y de marketing. Hay pocas unidades y, como los usuarios desean tenerlo, hacen largas colas, esperan semanas y entran en sorteos para conseguir un iPhone 5. El caso es que, a pesar de este hándicap, Apple vendió más de 5 millones de terminales durante los primeros tres días de su comercialización y la fuerte demanda inicial, aparentemente, no parece haber disminuido.