A lo largo de estos años hemos podido ver diferentes formas de destrozar caros smartphones. Tirándolos intencionadamente al suelo, metiéndolos en una licuadora, achicharrándolos en una barbacoa, pasándolos por debajo de la rueda de una furgoneta…pero nada tan extraño como lo de hoy. Con el reportaje gráfico que os mostramos a continuación seremos testigos de cómo una chica acaba con un Galaxy Nexus de una forma un tanto irracional.
En la cocina, entre fogones, el final del Galaxy Nexus es “estremecedor”. No encontramos motivos suficientes para darle sentido a la siguiente historia, salvo que el fotógrafo de la sesión quiera hacerse eco en la Red, de alguna de las formas.
Puede que ya no nos resulte sorprendente. No es la primera vez que podemos ver este tipo de atrocidades. Desde el nacimiento de la web en 2009 nos ha dado tiempo para encontrar material para herir la sensibilidad de cualquier que aprecie la tecnología y, en especial nuestros preciados teléfonos. Todavía permanece en nuestra retina cómo metían en una licuadora la primera tableta de Apple, el iPad. Tampoco nos olvidamos de cómo las llamas consumían en su totalidad un iPhone 3GS. Más frecuentes han sido los llamados “test de rendimiento”, vídeos en los que se pueden ver cómo maltratan a diversos teléfonos –sobre todo el iPhone 4 por su carcasa de cristal- para comprobar su grado de resistencia
Sin embargo, la historia que os traemos a continuación no es nada convencional. El montaje estaría destinado, según mencionan, a aquellas personas que en un momento determinado de ira se han sentido tentadas a destrozar un dispositivo tan caro como el Galaxy Nexus por pura diversión, para aliviar esa sensación. Según se puede extraer de la web rusa de la que procede, un fotógrafo se dirigía a casa de la protagonista para comer. A partir de aquí la sucesión de fotos puede ser interpretada como se quiera… aunque la historia relatada, en resumidas cuentas, como la despechada chica decide cargarse el Galaxy Nexus que le regaló su novio tras una discusión telefónica con éste.
En el proceso de “desintegración” podemos ver cómo el teléfono de Google tiene que esquivar, junto a los brotes de una lechuga y los champiñones, el afilado corte del cuchillo…
Nada contenta, la chica se ensaña metiéndolo en la sartén para que se poche y se dore. Sin embargo, parece que la receta necesita más ingredientes y se añade un huevo y un buen chorro de kétchup. Vuelta y vuelta para acabar en el plato, no sin el toque de pimienta adecuado.
El siguiente paso es del plato al fregadero, donde el Galaxy Nexus pasa a remojo con un chorrito de Fairy.Pero ahí no queda todo porque la chica, insatisfecha, lo pone a cocer en una cazuela con agua. Finalmente, el teléfono acaba en una licuadora.
Sin lugar a dudas, la forma más absurda de tirar a la basura un buen puñado de euros. Podéis encontrar la secuencia de fotos al completo en la web del autor.