La gente estudia hasta el límite más insospechado cómo lucrarse y robar sin que sea apercibida. Tal es el caso sucedido en Canadá, donde han conseguido robar 10 iPad 2 y colocar en su lugar, con precinto incluido, un molde de escayola con las mismas dimensiones y peso que la tableta de Apple. La sorpresa se la llevaron los clientes que posteriormente se llevaron la caja sin saber que en su interior no había electrónica, sino un bloque de yeso.
Imaginaros que vais a una tienda de electrónica con toda la ilusión del mundo para comprar con los ahorros de mucho tiempo una flamante iPad 2. Aparentemente, la caja que escoges no da lugar a sospechas. Viene con su precinto oficial y el plástico envoltorio correctamente. Nos desprendemos del dinero en la caja y nos vamos a casa para disfrutar de nuestra nueva y cara adquisición. La sorpresa es mayúscula cuando abrimos ansiosos la caja y donde tendría que relucir la carcasa de la tableta de Apple nos encontramos con una bolsa estratégicamente colocada de escayola, emulando las dimensiones y peso del iPad 2.
Una situación angustiosa
Algo así le pasó a un canadiense que compró una supuesta iPad 2 en una de las tiendas de la cadena Future Shop. Lo peor de todo es que la compra era un regalo navideño para su mujer. ¿Os imagináis la cara de ambos cuando la esposa abrió el paquete? Lo peor de todo estaba por llegar, pues el hombre protestó en la tienda sin ningún resultado positivo, sin iPad y sin dinero. Incluso denunció la estafa a la policía, pero el esfuerzo fue inútil pues nadie creía su versión. Todos pensaban que era él quien quería sacar beneficio de la situación. Su problema dio un vuelco cuando este canadiense recurrió a los medios de comunicación, la cadena CTV.
Descubriendo el pastel
Fue después cuando los responsables de la tienda accedieron a devolver el dinero y como recompensa, le regalaron otra tableta de Apple. Posteriormente, a través de las cámaras y de otros nueve casos idénticos se descubrió que se trataba de una estafa. Los individuos compraban el tablet, vaciaban la caja, incluían el citado bloque de yeso y embalaban de nuevo el paquete como si fuese original, sin apreciables síntomas de haber sido abierto.