Steve Jobs fue un visionario, un genio en el apartado de la informática y el marketing. Gracias a él se ha podido disfrutar de los iPod, iPad e iPhone, por poner los ejemplos más claros. Por estos y otros muchos regalos que nos dejó, se ha decidido ponerle su nombre a una calle de Madrid.
El pleno municipal ha anunciado que Steve Jobs tendrá una “vía, espacio público o institución cultural que en su momento se determine” en Madrid, este reconocimiento se le ha otorgado al gurú que falleció el pasado mes de Octubre y a otras grandes figuras como pueden ser el maestro Antoñete, Carlos Morla Lynch y Jesús del Pozo.
Unanimidad
La decisión de otorgar este honor al que fue CEO de Apple se ha tomado entre todos los grupos municipales, es decir, PP, PSOE, IU y UPyD. Esto demuestra que la figura de este personaje era apreciada por todos, algo que tampoco es de extrañar, teniendo en cuenta lo que el mundo está pudiendo disfrutar en avances tecnológicos debido a su mente prodigiosa. No obstante, que conste en acta que por una vez los políticos han estado todos de acuerdo en algo gracias a la tecnología y a la vida, obra y arte de Steve Jobs.
Antoñete
En cambio, la decisión para poner el nombre de los otros tres importantes personajes se tomó en la Comisión del Área de las Arte. Antoñete cubrió méritos para merecer este premio, con su gran trayectoria como matador de toros. Fue considerado “maestro y figura del siglo XX” debido a su carrera de más de cuarenta años en el mundo taurino.
Jesús del Pozo
Jesús del Pozo, en cambio, fue uno de los modistos más reconocidos del territorio español. Falleció recientemente, pero no sin dejar lista su colección primavera-verano 2012. Esto demuestra que aunque la salud podía jugar malas pasadas, era una persona que anteponía su trabajo a todo lo demás, alguien que amaba su profesión. Algo que le hizo recibir galardones como la “Aguja de Oro” o el “Balenciaga”.
Carlos Morla Lynch
Carlos Morla Lynch, es posiblemente la personalidad menos conocida de los cuatro, pero no por ello menos importante. Morla fue el diplomático chileno destinado en Madrid durante la II Republica y la guerra civil. Sus méritos se basan en haber convertido su embajada en un refugio para los perseguidos en las luchas, independientemente del bando al que pertenecieran.