Las redes sociales y la mensajería instantánea han marcado un antes y un después en la forma de comunicarnos con los demás, especialmente con el auge de los smartphones y las redes móviles. Sin embargo, aunque estas plataformas son muy útiles, un uso indebido e irresponsable de ellas puede causar a más de uno quebraderos de cabeza, disgustos e incluso problemas legales, especialmente compartiendo cierto tipo de contenido. Una de las plataformas más peligrosas, y a la vez utilizadas, es Snapchat.
Snapchat es un cliente de mensajería instantánea, con parte de red social, a través del cual podemos compartir todo tipo de contenido multimedia de forma privada y con una «fecha de caducidad», es decir, que, pasado un tiempo, dicho contenido se eliminará del dispositivo. Esta función ha llamado la atención de un gran público, especialmente joven, el cual la ha estado utilizando casi desde sus inicios para compartir todo tipo de fotografías privadas y sensibles, pese a los peligros que eso supone.
Aunque la mejor protección siempre es el sentido común, la propia plataforma pone a nuestra disposición una serie de opciones adicionales con las que vamos a poder proteger el acceso a nuestra cuenta y tener un control sobre los usuarios que pueden y no pueden acceder a los datos que compartimos a través de ella.
A continuación, os dejamos una completa guía de seguridad con la que os ayudaremos tanto a proteger la cuenta de usuarios no autorizados como a asegurar la privacidad de Snapchat y evitar así que terceras personas o usuarios no autorizados puedan tomar el control de la misma o simplemente cotillear nuestra actividad.
Las opciones de privacidad de Snapchat son demasiado simples para lo peligrosa que es la plataforma
Aunque Snapchat es una plataforma muy completa y que, por lo general, suele mover información bastante privada sobre sus usuarios, las opciones de seguridad y privacidad dejan algo que desear. En cuanto a la protección de acceso, las medidas, relativamente nuevas, son suficientes, ya que a día de hoy la doble autenticación es suficiente para proteger las cuentas, sin embargo, en temas de privacidad no tenemos mucho donde elegir, ya que las únicas opciones que tenemos son quienes van a poder contactarnos y quienes van a poder seguir nuestra actividad, con unos filtros bastante escuetos.
Pese a ello, tanto la seguridad como la privacidad de esta plataforma son dos aspectos que no debemos pasar por alto si queremos evitar que piratas informáticos puedan suplantar nuestra identidad (y, además, hacerse con los datos que hemos compartido) y, sobre todo, si no queremos que ciertas personas lleven un seguimiento de lo que hacemos o no hacemos en esta plataforma.
¿Eres usuario de Snapchat? ¿Sueles revisar las opciones de seguridad y privacidad de forma periódica?