Hace solo unas horas comentábamos como Samsung, gracias al Galaxy S7, había conseguido superar en la gama premium a Apple en España, algo que no había sucedido hasta ahora. Y es que tras las presentación de resultados de hace unas semanas, todo son problemas para la compañía de Cupertino que ha visto como su cotización caía y grandes inversores se marchaban ¿es que no hay solución? Pues sí, dar con «The Next Big Thing», pero parece que aún no saben qué es.
Apple pasa por uno de sus momentos más apurados de los últimos tiempos. Las noticias sobre su nuevo iPhone 7, del que ya hemos visto planos y numerosas filtraciones, no parecen convencer al mercado y se enfrenta a un escenario marcado por su caída en bolsa a mínimos no vistos desde 2003, la marcha de grandes inversores como Carl Icahn o problemas con las autoridades chinas que les han dado el cerrojazo a iTunes en ese país.
Ahora es Walter Isaacson, el biógrafo oficial de Steve Jobs, el que apunta un detalle que, por otra parte, en MovilZona ya hemos comentado. Apple esta tardando, o directamente es que no lo tiene, en lanzar «The Next Big Thing». Isaacson comentaba este detalle en una entrevista para la CNBC en EE.UU. donde también comentó que, por otra parte, el fundador de Apple consideraba que su gran aportación a la compañía fue la creación del equipo entre Tim Cook al mando de las finanzas, Jonhy Ive al frente del diseño y Phil Shiller como cabeza de marketing.
Como todos los triunviratos, parece que no termina de funcionar
Pero, la suma de todos no parece servir para dar con el siguiente gran producto de Apple, algo que era la labor que ejercía Steve Jobs, además de ser la voz que nadie se atrevía a contradecir en el seno de la compañía – incluso cuando también cometió tremendos errores -. «Lo que parece faltar es un visionario tan increíble como Steve Jobs. El era el mayor genio en términos de saber intuitivamente el tipo de cosas que serían nuestros objetos de deseo en el futuro» indica Isaacson y concluye «es muy fácil pensar en ‘vamos a buscar un sustituto’, pero es algo que no va a pasar».
Y después del iPhone… ¿qué?
De nuevo, coincidimos con la apreciación de Isaacson en que Apple tiene una crisis importante – y el precedente anterior lo solventó Steve Jobs -. A finales de los 90, cuando recuperaba el mando de la compañía supo ver lo que había que dejar de hacer y en qué tenía que centrarse. Y entonces, llegó el iPod. Pero es que tras eso, antes de que el mercado de los reproductores musicales se viniera abajo supo adelantarse con el iPhone, incluso retrasando el desarrollo del iPad que había empezado antes. De hecho supo adelantarse también en este último a los demás aunque ahora sea un mercado en declive.
Y ese es el problema de Apple. Tiene un producto que son tres cuartas partes de su facturación pero que se encuentra en un mercado saturado y maduro, con pocas perspectivas de crecimiento – algo que horroriza a los inversores, a los únicos a los que Apple se preocupa de contentar en estos momentos -.
De ser el que marca el paso, parece que ahora va a remolque. Sacaba el Apple Watch y pese a que se puede considerar que ha tenido una buena acogida, su volumen de ventas es inferior al de los ordenadores Mac. No tiene visos de ser el factor de crecimiento y también ha llegado tarde al de los convertibles con el iPad Pro, donde la propuesta de Windows 10 es netamente superior, ya sea con la Surface o con productos de otras marcas. No en vano, Microsoft ha vuelto a subirse al podio de las empresas con mayor capitalización, ocupando el tercer lugar y viendo como Apple se veía superada por Google, aunque recuperó después su posición.
Se vislumbra en el horizonte su apuesta por el coche autónomo, que está por ver si será o no un buen negocio, pero en resumen, en Apple hay ahora mismo tres brillantes profesionales que se han quedado huérfanos de lo más importante, alguien con la visión necesaria y el carácter para hacerlos ser la mejor versión de cada uno.
Jobs es irrepetible, pero no insustituible
En el aniversario de su muerte, cuando recordábamos al genio de Cupertino, ya afirme, permitanme este inciso personal a modo de cierre, que Jobs no era sólo el CEO, era quien decía SÍ y NO, de forma rotunda, y sin lugar a discusión y me reafirmo en que Apple debe quitarse de encima la leyenda para forjar su propio carácter. Algo que aún no han conseguido los que se quedaron en Apple. Quizás la pregunta que realmente hay que hacerse es ¿serán capaces de admitir que deben buscarlo fuera?