Ya tenemos en las manos de todos los expertos del mundo los nuevos terminales que han lanzado las marcas al mercado y llega el momento de comparativas y pruebas más o menos interesantes. Y una de ellas es la que tenemos aquí en la que se ha medido la pérdida de potencia que hay en los nuevos terminales como el Samsung Galaxy S7 y el LG G5 cuando se ponen al rojo vivo.
Hay que poner un par de puntos sobre las «ies» antes de comenzar. Ni el LG G5 o el Samsung Galaxy S7 se calientan «porque sí» en el día a día. Para la prueba se ha sometido a los equipos a varias pasadas de 3DMark Slignshot y Geekbench 3, dos test que ponen a prueba el rendimiento de los dispositivos y, como no, esto genera que sus procesadores acumulen temperatura.
Ahora bien, y aquí tenemos la primera diferencia entre ambos equipos, cómo gestionan este calor es lo importante. Normalmente, lo que suelen hacer los sistemas que tienen los equipos para enfriarse es bajar el rendimiento de su hardware a un nivel que permita alcanzar una temperatura, de nuevo, óptima.
Y esta será la gran diferencia entre ambos equipos en la prueba que han hecho en NordicHardware. Como ya vimos en el Mobile World Congress 2016, el Samsung Galaxy S7 y su refrigeración líquida permitían que el calor se disipara y en ningún momento llega a quemar la carcasa del equipo, veamos a continuación como lo maneja el LG G5 en el mismo sentido.
LG G5 vs Samsung Galaxy S7, resultados calor vs rendimiento
Vamos a ver primero los resultados que obtuvieron los dos terminales con el test 3D Mark Slingshot, donde se ve como el LG G5 tiene una curva descendente de rendimiento en todo momento mientras que el Samsung Galaxy S7 estabiliza mucho antes calor y potencia.
El segundo de los test, Geekbench, muestra un resultado también parecido entre ambos terminales, como podemos ver a continuación.
Podría parecer que el test de Geekbench 3 se le da peor al Samsung Galaxy S7, pero la gráfica de arriba muestra sólo en rendimiento en un sólo núcleo, el resultado final multi-núcleo, que es mucho más fiel a lo que podría ser la realidad, muestra un resultado muy diferente para el LG G5.
Se puede ver como el LG G5 se desploma según va subiendo la temperatura y empieza a tener un rendimiento muy irregular. Sin embargo, el Samsung Galaxy S7 y su refrigeración líquida mantiene un rendimiento mucho más optimizado ronda tras ronda y sumando grados de temperatura, que estabiliza en cierto momento y no se vuelven a subir.
El LG G5 pierde el 40% de su rendimiento total cuando se calienta
En conclusión, los creadores del estudio indican que el LG G4 pierde cerca del 40% de su rendimiento total mientras que el Samsung Galaxy S7 es estabiliza y nunca reporta menos de un 20 o 25% de la potencia total de su Exynos 8890, frente al Snapdragon 820 del otro modelo coreano.