Por primera vez, Apple tiene una tercera opción en su catálogo. Después de haberse lanzado a las 4,7 y 5,5 pulgadas con los iPhone 6 y iPhone 6 Plus, y haber heredado las mismas dimensiones para sus dispositivos más recientes, el iPhone SE retoma las cuatro pulgadas de diagonal y lo hace heredando exactamente el mismo diseño que ya tenía el iPhone 5s. Un equipo que, aunque no lo aparenta al revisar su diseño exterior, dentro alberga componentes de última generación. Ahora bien, el problema que tiene este dispositivo es que no todo se ha renovado.
Después de haber hecho una prueba en profundidad del iPhone SE, de plantarnos cara a cara con todas las novedades que propone este equipo, las conclusiones no van mucho más allá de lo que podrían alcanzar revisando únicamente su ficha técnica. Un equipo que hereda exactamente el mismo diseño del iPhone 5s, y que en este apartado se diferencia del iPhone 5 únicamente por el sensor para huellas dactilares Touch ID. Pero lo interesante no está en el apartado meramente estético del equipo, sino en su interior.
Hardware de máximas prestaciones para un diseño obsoleto
En un equipo con pantalla de 4 pulgadas, evidentemente tenemos un cuerpo compacto que, eso sí, ya no destaca por su delgadez dadas las marcas de sus rivales en la gama alta. En cualquier caso, un dispositivo manejable y que ha resuelto la fragilidad de sus bordes con un acabado mate. En su interior se encuentran el chip Apple A9 de última generación y los 2 GB de memoria RAM para un conjunto global equivalente a los iPhone 6s. Las prestaciones de este equipo, si nos ceñimos al rendimiento, son excepcionales, porque aunque se ha mantenido el mismo cuerpo unibody de aluminio, las piezas internas se han modificado.
Pero no todas, porque seguimos teniendo la cámara frontal de hace varias generaciones, y exactamente la misma pantalla de los anteriores iPhone de cuatro pulgadas. El botón Touch ID, además, es el de primera generación. ¿Qué quiere decir todo esto? Que sí, estamos ante un terminal competitivo en rendimiento y potencia, pero decepcionante por su pantalla que queda a la sombra de cualquier rival de gama alta en brillo y contraste, así como en resolución. La cámara frontal, aunque correcta, tampoco está al nivel de ninguno de sus competidores directos, y lo que sí es cierto es que el nuevo Apple A9 permite que apenas apreciemos diferencia de velocidad y precisión con un Touch ID ya obsoleto. Eso sí, con el dedo húmedo, este Touch ID de primera generación no responde tan bien como el más reciente.