Con modelos y políticas de venta como las que Samsung o Apple han adoptado, cambiar de móvil para algunos se ha convertido en una tarea anual. Sale otro modelo nuevo y reciente y lo queremos, condenando al terminal que tenemos al ostracismo, relegándolo a objeto que dar a cambio del nuevo smartphone para obtener un descuento, o algún familiar/amigo/pareja que lo necesite. Pero, ¿estáis seguros de que habéis borrado bien vuestros datos privados, esas fotos enviadas por Whatsapp que no queremos que la novia vea, o los números y direcciones de la familia?
Seguro que alguno pensará que con un simple ‘reset’ y devolverlo a valores de fábrica basta. Pues no, lo cierto es que ese paso elimina el contenido en apariencia, pero lo deja listo para que alguien con conocimientos y/o una de las muchas herramientas que hay ahí fuera para recuperar datos borrados se haga con información que creíamos ya perdida.
Y es que cuando borramos algún dato de un dispositivo, en la mayoría de sistemas operativos incluido Android no se borra realmente, sólo se convierte en invisible para el usuario, en «Espacio libre» según nos cuenta el terminal en pantalla. Cuando el dispositivo necesita más espacio porque le estamos metiendo cosas, entonces los nuevos archivos y datos reemplazan a los anteriores. Con estos dos ejemplos, ‘trucos’ o consejos, nos aseguraremos casi al completo de que los datos comprometedores no están en el terminal del que nos vamos a deshacer, o que al menos su acceso será complicado para el que intente recuperarlos.
Consejo 1- Encriptación y contraseña
El teléfono es historia, no lo queremos ya, y vamos a darlo a cambio o regalárselo a alguien. Para ello vamos a devolver el terminal a valores de fábrica, pero hemos leído esta noticia y ya no estamos seguros. ¿Cómo lidiar con datos que borramos pero en realidad siguen ahí? Pues usando la encriptación con nuestro smartphone. Los pasos a dar varían con cada teléfono, pero si tenemos Android Marshmallow, la dirección es Opciones > Seguridad > Encriptar Teléfono.
Una vez encriptado, bastaría con resetear el terminal a valores de fábrica. Cierto es que esto no impide a alguien que use un programa de recuperación de datos el recuperar archivos de nuestro teléfono, pero lo que consiga traer de vuelta será información que no podrá utilizar ni hacer nada con ella.
Consejo 2 – Llenar el móvil de tonterías/datos triviales
¿De verdad queréis que nadie acceda a los privados de Twitter, los videos del Whatsapp o los archivos descargados? Pues nada mejor que llenar el espacio de almacenamiento con datos banales y chorras o que no representen peligro alguno para nuestra privacidad. ¿Recordáis la explicación de que si los datos se borran realmente cuando son sustituidos por nuevos? Pues a ‘petar’ el dispositivo con nuevas imágenes, canciones, películas, apps, juegos o lo que sea, y así irán sustituyendo a los datos que creíamos borrados.
Una vez lleno, basta con devolver el móvil a valores de fábrica, ya que si quien se haga con el smartphone intenta recuperar datos, simplemente traerá de vuelta el último contenido que hemos metido. Como veis no son exactamente soluciones definitivas ni que garantizan no ver nuestros datos comprometidos, pero al menos son dos métodos que podéis usar si os preocupa quién va a comprar, heredar o recibir el teléfono que antaño fue nuestro.