Ayer, en parte por los problemas de sus caídas y por el terremoto que azotó las bolsas, Twitter volvía a marcar un mínimo histórico en su valoración. Sin embargo, sufría después un rebote que disparaba su valor hasta colocarlo por encima de como empezaba la sesión. La razón no era otra que al mismo tiempo que caía su valoración se disparaban los rumores de venta, algo que se frenó en seco porque las primeras empresas mencionadas negaron la mayor ¿qué tiene Twitter que impide su venta?
Twitter pasa por ser una red social que tiene un gran predicamento entre los usuarios – aunque sería discutible si se le da más protagonismo del que realmente tiene con sus 320 millones de usuarios activos mensuales frente a cifras que se están en torno a los 1.000 millones en Facebook o WhatsApp -. Y es que ese es uno de sus problemas, ha visto como se estancaba su crecimiento en los últimos tiempos, aunque este detalle no es la clave por la que nadie toma la decisión de hacerse con la compañía.
El rebote de sus acciones, que empezaban un día nefasto tras las caídas del servicio en la última semana, aunque se mantienen con una pérdida del 35% de su valor en 2015, llegaban tras los primeros rumores de compra, ante la oportunidad que suponía el bajón de su valoración. Como señalaban en Bloomberg, se apuntaba en un primer momento a que el gigante News Corp. como comprador de la red social del pájaro azul. La empresa de Rupert Murdoch salía al paso y calmaba los ánimos, al tiempo que esto volvía a nivelar el precio de la acción, indicando que no tenían ninguna intención de comprar Twitter, ni ahora ni en el futuro, como han hecho durante los dos últimos años otras empresas que se han postulado como compradores.
Twitter está de «saldo» pero nadie quiere comprar esta ganga ¿cuáles son los problemas?
No es la primera vez que ocurre algo así y que se rumorea que la venta de Twitter está cerrada. En el bombo de posibles interesados se ha nombrado a los primeros espadas de Sillicon Valley como Apple o Google o gigantes asiáticos como Weibo o Softbank. Sin embargo, ninguno parece tener ningún interés sobre la red social. Y es que Twitter tiene varios problemas que impiden que estas empresas se interesen por su compra.
El primero es su cabeza visible, Jack Dorsey. El que fue uno de los creadores de la compañía volvía a liderarla el año pasado para dar tranquilidad a un Consejo de Administración y a unos inversores que renegaban de Dick Costolo, quien llevó la compañía a la bolsa pero no conseguía generar unos ingresos estables. La vuelta de Dorsey era, en principio, un arreglo temporal que buscaba infundir nuevos aires al servicios pero, en la práctica, ha hecho pocos cambios estructurales en el tiempo que lleva al mando, que se alarga indefinidamente – otro de los detalles que se unen a la imagen de inestabilidad -. Dorsey, que se veía como el caballero blanco, acometía cosas como aumentar el tamaño máximo de los mensajes privados por encima de los 140 caracteres o la llegada de las encuestas en los tweets así como cambios estéticos en los perfiles que los asemejan más a los de Facebook.
Además, esto le ha costado al creador de Twitter ver como al dividir sus esfuerzos entre esta y Square. La empresa que fundaba posteriormente enfocada al pago móvil ha empezado un 2016 de fuertes caídas en bolsa, multiplicando así los problemas para el CEO de Twitter que pierde crédito a marchas forzadas ante los inversores.
Y es que los cambios estéticos no han solucionado el principal problema de la empresa, que explicamos a continuación.
Twitter no da dinero, es así de simple
Y es que, al final, el problema de Twitter es el que tiene desde el primer día. Es una excelente herramienta que se ha convertido en imprescindible para algunos usuarios, que ha creado estrellas y hasta algunos que hacen negocio gracias a sus millones de seguidores, pero un negocio nefasto. La compañía no tiene un modelo de negocio rentable y es lo que ahuyenta a cualquier interesado en comprarla.
Twitter no da dinero, es así de simple, porque se han agarrado a un modelo de publicidad que tiene un impacto o beneficios mínimos en realidad por su propia idiosincracia. El coste de las campañas de anuncios en Twitter han ido bajando para intentar atraer a más empresas pero el retorno de la inversión sigue siendo insuficiente, por muy barato que pongan el click.
Paul Kedrosky, especialista de Bloomberg sobre la situación del mercado TIC, reafirma esta situación e indica que la única posibilidad que tiene la compañía es ser comprada para integrarse como servicio en otra compañía pero no como negocio. Y evidentemente esto no es rentable con la valoración actual de la compañía.
Si esto ocurre, casi se puede dar por hecho que la red social perderá muchos de sus puntos diferenciales dado que tendría que adaptarse para aportar algo a una empresa, si es que no le da dinero ni tampoco tiene un crecimiento de usuarios que permita pensar en un valor a largo plazo. No se le pueden negar a Twitter algunos valores como su capacidad como medio de conexión para la atención de usuarios o difusión de información en tiempo real pero, de unirse a otra gran corporación ¿qué aspectos del servicios se mantendría y cuales se transformaría? ¿esto atraería a los usuarios e inversores o los espantará definitivamente?
¿Tiene salvación la situación de Twitter?
La respuesta es complicada. Twitter parece uno de esos gigantes que no pueden caer pero no se puede descartar que si al final no convence a nadie, usuarios o inversores, acabe muriendo o mutando como lo han hecho otras redes sociales, y ejemplos lo tenemos en MySpace o más cercano en nuestro propio país, en Tuenti.
¿Qué pasará con Twitter? Es la pregunta que os dejamos y os invitamos a debatir a continuación.