El Apple Watch ya está entre nosotros y no hace falta decir el enorme hype que se ha generado a su alrededor. El pasado viernes, cuando se puso a la venta en España, la web de los de Cupertino agotó su stock de unidades para recoger en tienda a los pocos minutos de pasar las 7:01 de la mañana. Aunque siempre podemos comprarlo online y que nos lo lleven a casa en una o dos semanas.
Seguro que habréis leído artículos de todos los tipos y muchos de ellos con alabanzas a lo que significa como primer wearable de los de Tim Cook, así como el éxito que todo el mundo tiene claro que va a ser. Ahí no queremos entrar, porque ya se ha dicho demasiado, pero sí os vamos a contar esas sombras que hemos encontrado tras utilizarlo durante más de un mes y medio de forma intensiva.
Ya esta aquí, ¿y ahora qué?
Pues llega el momento de la verdad, el de decidir si lo compramos o no y por supuesto que aquí entran ya muchos elementos en juego. Está claro que el Watch es, como otros muchos productos de Apple, un dispositivo que le entrará por los ojos a muchos usuarios que ya tienen Apple en otros apartados de su día a día, como el móvil, el tablet o el ordenador. A ellos, seguramente, la única decisión que les toca tomar es el modelo que se van a comprar.
Pero también hay otros usuarios que mirarán las cosas intentando ver hasta qué punto este Watch es el que debía haber llegado a las tiendas o si, como nos comentaba un compañero hace unas horas, estamos ante una bonita versión Beta que tendrá que dar paso (ya en 2016) a eso que tendría que haber sido y con watchOS 2 ya instalado.
Mes y medio de uso
Si tengo que encasillarme en una categoría de usuarios que antes os describía, yo me coloco en los primeros ya que no tenía dudas de que lo iba a tener, y solo tuve que pensar qué modelo comprar: me decanté (el pasado 10 de mayo) por uno de 38mm. con la correa blanca que, desde el pasado viernes, ya es rosa. Eso sí, desde el pasado día 26 de junio, añadimos otro más a la familia, uno de 42mm. gris espacial.
Así que desde el mes de mayo hemos venido probando el Watch y, aunque hay que reconocerle que tiene muchas virtudes, casi todas son esbozos del potencial futuro que podríamos augurarle, de cuando en verdad los señores de Apple logren pulir los primeros fallos con los que ha salido.
¿Es el precio un error?
En este punto habrá opiniones para todos los gustos, pero el Apple Watch ha seguido a rajatabla la política de los de Cupertino desde que lanzaron el primer iPhone. No buscan colocarse en el segmento de los dispositivos baratos y aunque hay relojes inteligentes como el Gear S que andan cerca (del modelo Sport), también es cierto que esa competencia ofrece muchísimas más opciones y funcionalidades como la conexión 3G y una mayor independencia del móvil.
Por decirlo de una manera rápida, el Watch tiene un precio Apple, y eso significa siempre ser más caros que los demás. Visto fríamente desde la perspectiva del mercado, el Watch es caro, pero desde la tradición de Apple simplemente uno más… aunque es cierto que las versiones Watch y Edition se van un poco de madre: desde 669 y 11.200 euros respectivamente.
watchOS cojea bastante
El principal fallo que se percibe nada más coger el reloj es que la proverbial suavidad de los OS de Apple se ha perdido. Cuando entramos en las nube de apps con círculos, se notan tirones, ralentizaciones al movernos de unas a otras y eso entorpece el funcionamiento del aparato.
Igual pasa en la opción Vistazos, que al pasar de una a otra pantalla se mueven a empujones y no hay suavidad ninguna.
Claro, acostumbrados a la experiencia Apple de la que tanto presumen los de Cupertino, pues extraña lanzar un producto que petardea y da la sensación de que, o el hardware no puede mover la instalación que lleva, o el OS no está todo lo bien optimizado que debería.
Pero hay más. En este mes y medio que hemos tenido el reloj en la muñeca hemos visto cómo algunas aplicaciones no terminaban de instalarse correctamente desde el iPhone, quedándose con el icono de en construcción tan típico de iOS. Solo con el paso de los días terminaban por estar operativas.
Aplicaciones que no arrancan
Aunque podría ser un apartado dentro del más general del OS del reloj, lo cierto es que muy a menudo es imposible abrir aplicaciones desde el Watch: se queda un reloj dando vueltas (como en la imagen inferior), diciendo que se está abriendo pero nunca ocurre. Al final tenemos que salir e ir al móvil a hacer lo que queríamos.
Eso nos ha pasado bastantes veces con la aplicación de cámara, que da error o no termina de cargarla en el iPhone (se controla en remoto), Twitter, One Drive, Música, TuneIn Radio, etc. Es muy molesto porque precisamente uno de los atractivos del Watch es dejar al iPhone tranquilo en el bolsillo pero si al final tenemos que cogerlo…
¿Aplicaciones nativas o remotas?
Apple ha cometido su mayor error con el Watch en este punto, cosa que ha corrido a corregir con el futuro watchOS 2, donde ya va a permitir que las aplicaciones se ejecuten desde el reloj y, tomando la conexión del iPhone, ser (casi) totalmente independientes.
El problema es que la casi totalidad de las que tenemos ahora no lo son y cuando hay que abrirlas tardan una eternidad. El tiempo de carga de algunas aplicaciones es tan molesto que llega un momento en el que prefieres coger el móvil y hacerlo desde ahí, por lo que se termina de un plumazo con la utilidad de llevar este smartwatch en la muñeca.
La corona digital, muy bonita pero…
Otro de los elementos al que no le hemos encontrado mucha utilidad es la corona digital. Y es que tras la llegada del primer iPhone en 2007 quedó claro que no hacen falta objetos intermedios para hacer movimientos como el scroll o cosas parecidas. Eso de deslizar el dedo por la pantalla se ha convertido en una convención y, como tal, es complicado acabar con ella de un día para otro.
En el mes y medio que lo hemos probado han sido muy pocas las veces que nos hemos acordado de que la tenemos ahí para hacer scroll y hemos recurrido al dedo para movernos. No dudamos de su utilidad y de que su diseño está muy afinado, pero requiere de un esfuerzo por parte del usuario por cambiar un hábito que ya tiene muy interiorizado.
Touch Force y el interface
La nueva tecnología de acceder a nuevas funciones presionando un poquito más en la pantalla está muy bien y resulta muy útil, pero cuenta con un problema: nada nos dice en la pantalla del Watch si podemos usarla o no. Por ejemplo, en la pantalla de la hora (donde las famosas faces con Mickey moviendo los brazos), sí podemos usarla para cambiarla, pero si vamos a Ajustes o a Fotos, no pasará nada si presionamos la pantalla.
Igual ocurre cuando entremos en ciertas aplicaciones, donde al seleccionar opciones no queda claro cómo volver a la página anterior y solo después de mirar mucho, vemos arriba a la izquierda una fecha blanca o algo parecido. Es más, por muchos vídeos (tutoriales de Apple) que veáis nadie os explicará que da igual esa flechita blanca, que se puede recurrir al gesto táctil estilo iOS de deslizar (de izquierda a derecha) para ir a la página anterior.
Notificaciones iPhone <-> Watch
Este apartado seguro que va en gustos, pero a quien suscribe y tras un mes y medio, le ha parecido extraño. Y es que mientras el iPhone no queda bloqueado y con la pantalla apagada, el Watch no ofrece ninguna notificación. Esto, que tiene toda la lógica, luego se encuentra con la cruda realidad y es habitual ver a usuarios que pueden dejarse el móvil encendido en alguna parte de la casa sin darse cuenta, o en la bolsa (conozco casos concretos), por lo que dejan de recibir actualizaciones en el reloj. No estaría de más contar con la posibilidad de decirle al móvil que, aunque esté encendido, nos siga mandando las notificaciones.
Y al revés ocurre lo mismo. Si el iPhone tiene la pantalla apagada recibimos todas las notificaciones en el reloj y el móvil pasa a ser un objeto muerto. Ni siquiera veréis la pantalla encenderse con el mensaje o lo que sea que nos llegue.
Esto, cuando estamos trabajando con el móvil sobre la mesa y por lo que sea estamos hablando y no notamos la vibración háptica, puede provocar que pasemos por alto una comunicación importante. Ya os decimos que esto es algo que depende de gustos tras usarlo muchos días, pero la app de Watch de iOS debería permitir configurarlo a nuestro antojo, por muy obvio o inútil que pudieran parecer estas opciones.
Si te lo roban, bye, bye
A todo lo anterior hay que sumarle un agujero ENORME que tiene el Watch desde su lanzamiento y que Apple no ha corregido siquiera en la versión 1.0.1, y es que por mucho código PIN con el que diga que protege el reloj cuando nos lo quitamos de la muñeca, al final no sirve para nada porque puede borrarse por completo sin tener que escribirlo.
Es algo que ya os contamos el mes pasado y que probamos aquí en Movilzona, y que a día de hoy sigue funcionando por lo que mucho cuidado con perderlo porque os quedaréis sin Watch y, lo peor de todo, lo podrá usar otra persona sin problemas.
Conclusión
El Watch ha llegado tarde. Ha salido al mercado (como todos los relojes inteligentes) cuando ya tenemos interiorizado el gesto de coger el móvil al disponer de un minuto para ver cualquier cosa que nos llega. Cuando esperamos el autobús, cuando vamos a la máquina de café del trabajo o cuando andamos sentados en el sillón de casa.
Meter ahora por medio un gadget como este significa romper varios años de repetir un hábito sin descanso y va a ser una tarea titánica pedirle al Watch que sea capaz de conseguirlo. No dudamos que ese objetivo podría alcanzarlo pero debe haber por parte de Apple un impulso decidido por corregir rápidamente estos errores que le hemos encontrado y que dinamitan mucha parte del objetivo con el que fue diseñado.
Si tenéis un Apple Watch y queréis compartir vuestras opiniones, estaremos encantados de leerlas.