Una de las sorpresas del LG G4, aparte del diseño de la carcasa trasera de piel y que su cámara principal ofrece una calidad realmente destacable, es su procesador. Muchos esperaban que se integrara un Snapdragon 810 (por esta razón sólo lo compararemos con este), pero la elección de la compañía asiática ha sido otra que también es de Qualcomm: el Snapdragon 808, un componente que ofrece un equilibrio muy interesante en el día a día.
Durante un tiempo hemos podido probar el dispositivo en cuestión y hemos comprobado que el LG G4 junto a su procesador (y el resto del hardware) se demuestran más que solventes para dar respuesta en el día a día, incluso si se es una persona muy exigente en el funcionamiento de su teléfono Android. Por lo tanto, no es mala la decisión de utilizar el Snapdragon 808 que en su interior dispone de una GPU (tarjeta gráfica) Adreno 418.
Lo primero que se debe conocer de este Soc para valorarlo en su justa medida es cómo es su estructura interior. El Snapdragon 808 del LG G4, que utiliza tecnología de fabricación de 20 nanómetros, integra seis núcleos: cuatro de ellos son Cortex-A53 a 1,44 GHz y dos Cortex-A57 a 1,82 GHz. Esto puede parecer un hándicap comparado, por ejemplo, con su hermano Snapdragon 810… pero en más de una ocasión esto no es así.
Funcionamiento en el día a día
Nos explicamos: la mayoría de las aplicaciones actuales y que se usan habitualmente utilizan los cuatro núcleos menos potentes, que utilizan la misma arquitectura, por lo que el rendimiento es muy similar a la hora de navegar por Internet o mandar mensajes por WhatsApp o por correo electrónico. Eso sí, cuando la exigencia es máxima, como por ejemplo con los juegos en 3D, entran en funcionamiento los “cores” más potentes, donde el LG G4 aplica los dos antes mencionados que funcionan a 1,82 GHz.
Aquí es cierto que el LG G4 es algo más lento que los modelos con Snapdragon 810 (y su Adreno 430)… pero hay dos cuestiones que se deben tener en cuenta y que nosotros hemos notado de forma clara: la primera es que el consumo de energía es más reducido, lo que implica que la autonomía del teléfono del que estamos hablando se ve menos hipotecada. Y, la segunda cuestión, es el apartado del calor generado.
Este en el Snapdragon 808 del LG G4 no se deje notar, por lo que su rendimiento final se ve ciertamente “compensado” y, la verdad, es que en muchos juegos con gráficos en tres dimensiones la experiencia que obtuvimos fue muy similar con otros procesadores de gama alta que hay en el mercado. Por eso indicamos que el LG G4 tiene como virtud el ser equilibrado.
Cuestiones adicionales a considerar
El apartado de la temperatura incluso afecta -de forma directa y positiva- al uso de la pantalla WHD del LG G4. El Snapdragon 808, al generar menos calor gestiona mucho mejor la disipación del panel QHD integrado, lo que también tiene un efecto positivo en el consumo energético y, por extensión, en el uso del terminal ya que este se calienta poco -esto se nota al manipularlo-.
También se ha demostrado solvente el LG G4 a la hora de reproducir vídeos de gran calidad 2K o superior y con el trabajo con las fotografías que se hacen con su cámara principal. Por cierto, que no hay problema alguno para grabar vídeos con calidad 4K, por lo que el procesador Snapdragon 808 saca partido a todas las posibilidades que ofrece la cámara del teléfono.
Un procesador equilibrado
En definitiva, la estructura interna del Snapdragon 808 le permite solventar problemas importantes como por ejemplo el sobrecalentamiento, por lo que su rendimiento cuando el trabajo es exigente o se está mucho tiempo ejecutando aplicaciones potentes resulta muy convincente. De esta forma se equilibra mucho su capacidad y con el ahorro de energía que también se ofrece hay que decir que la elección para el LG G4 tiene sentido… mucho sentido. El SoC no será el mejor sobre el papel, pero realiza su trabajo con gran solvencia comparado con el modelo de Qualcomm que por su estructura interna y componentes es superior.