El Samsung Galaxy S5 es el nuevo terminal de gama alta de la compañía coreana que tiene que competir con dispositivos como el HTC One M8 y algunos otros que llegan desde China. Nosotros hemos analizado el dispositivo que llega con una buena cantidad de novedades que se deben considerar.
Para empezar, en el apartado del hardware destaca la inclusión de un Snapdragon 801 que funciona a 2,5 GHz. Este es un modelo que asegura un buen rendimiento, no cabe duda. Adicionalmente, la RAM alcanza los 2 GB, quizá tres hubiera sido mejor, y la pantalla tiene unas dimensiones de 5,1 pulgadas a 1080p. La calidad de esta última es realmente buena.
Aparte, se incluyen nuevos componentes como por ejemplo un lector de huellas en la pantalla y, también, un sensor biométrico en la parte posterior que ofrece la posibilidad de conocer las pulsaciones. Esto, evidentemente aumenta la utilidad del Galaxy S5, que además no se debe olvidar que ofrece resistencia al agua y polvo (IP67).
Esta nuevas inclusiones hacen que el terminal sea algo más grande que su antecesor, por lo que esto debe considerarse y realmente es un peaje que se debe pagar por tener novedades. Por cierto, el material de fabricación sigue siendo el plástico, lo que permite que la carcasa trasera sea extraíble y se pueda cambiar la batería, algo que ya es habitual en los modelos de Samsung y el Galaxy S5 no es diferente.
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