Por desgracia, y aunque los máximos perjudicados son todos los ciudadanos, de un tiempo a esta parte cuando hablan los políticos hay una extraña sensación de que sus palabras esconden demasiadas cosas, intereses ocultos, y acciones de las que la sociedad termina sin enterarse. Así, el asunto del roaming en Europa sigue dando vueltas de un sitio para otro, pero nadie aclara formalmente, y sobre todo legalmente, cuándo acabará.
En las últimas horas tenemos la enésima intentona por aclarar el tema. Llega en palabras de la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de la Agenda Digital, Neelie Kroes, que asegura, entre otras cosas, que en 2016 habrá llegado la fecha máxima para la existencia del roaming. Todo esto sería creíble si no fuera porque poco a poco las fechas, los trámites y los impedimentos se han ido sumando. Es decir, no se trata de no creer las palabras de la alta representante europea en materia digital, es solo que se trata de algo que ya se ha oído pero que no avanza.
La hoja de ruta, según ha explicado Kroes ya está encima de la mesa y es muy clara. Por encima de todo, como ya se sabe, el objetivo es la eliminación del roaming, es decir el sobrecoste que se añade a las llamadas fuera del país de origen, así, la eliminación de este servicio se podría hacer a partir de 2014, de forma tal que ya en 2015 podría desaparecer totalmente. En cualquier caso, la comisaria ha añadido que, de acuerdo con lo propuesta, el incremento tarifario por itinerancia se tendrá que eliminar «seguro» en 2016.
¿De verdad fin del roaming?
Todas estas palabras tendrían una gran credibilidad si no fuera porque los problemas que había hace unos meses siguen encima de la mesa. Entre ellos, el argumento de los principales países, sobre todo los que cobijan a las principales empresas de telecomunicaciones, es que “consideran la iniciativa prematura y demasiado exigente con las empresas”. Ante esta circunstancia, el sueño de ir progresivamente creando un mercado único parece desvanecerse.
Esta es la realidad que parece no querer ver Kroes, ya que según ella, y en ese lenguaje pomposo que suelen tener los políticos, la propuesta de eliminar el roaming, que está ya encima de la mesa y ha sido aceptada por la Comisión, es una necesidad para que todo sea compatible con un mercado único y sin fronteras. Según ella, “el roaming está conectado con las fronteras, así que es artificial».
Así pues, tenemos dos escenarios. Por un lado el del discurso político lógico y coherente con la eliminación de un sobre coste sin sentido en un mercado único, pero por otro el de unos países, en algunos casos posicionados muy cercas de los intereses de sus empresas, que lo ven precipitado y, lógicamente, con la pérdida de un dinero que no recuperarán.
Ahora bien, si la pérdida de ese dinero por parte de las empresas de telecomunicaciones supone elevar precio en otros servicios y productos para compensarlo, es cuando la eliminación del roaming solo interesa a unos pocos y perjudica a la mayoría. Sin duda, un tema que, al menos durante 3 años, seguirá dando que hablar.