La verdad es que cada vez son más los usuarios que desean tener un teléfono compatible con las nuevas redes 4G y, una opción económica y adecuada, puede ser el ZTE Grand S Flex, que es un terminal que llega para ser una solución viable pero que no está diseñado para ser el de mayor rendimiento del mercado.
De este modelo se puede esperar que permita la ejecución de todo tipo de aplicaciones, incluso los juegos en tres dimensiones… pero no hay que buscar que en los test de rendimiento quede en las posiciones de cabeza. Esto se debe a que su procesador es un modelo de doble núcleo a 1,2 GHz y la RAM es de 1 GB. Es decir, una combinación adecuada -pero nada más-.
Pero, aparte de la compatibilidad con las redes 4G, hay otros detalles que son interesantes en el ZTE Grand S Flex. Un ejemplo de esto es que su pantalla es de 5 pulgadas (1.280 x 720) y que la autonomía que permite su batería de 2.300 mAh es bastante buena. Y, todo ello, con un precio que ronda los 300 euros.
Por cierto, que su diseño es interesante, ya que pese que se utiliza el plástico como material de fabricación, la sensación es muy sólida y de ser de “una pieza”. Además, el agarre y manipulación está bien pensado, por lo que su ergonomía es destacable. Un detalle final: el remate negro donde está la cámara trasera le da un toque atractivo.
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