Google quiere competir en todos los ámbitos contra Apple y eso pasa por lanzar un servicio de música digital que rivalice con iTunes. Así nacía el año pasado Google Music, aunque desde entonces el buscador se ha enfrentado a numerosos problemas para sacar adelante el proyecto. El más complicado de solucionar: el acuerdo con las discográficas. Sin embargo, los últimos movimientos de la empresa de Larry Page y Sergey Brin dan pie a un acercamiento de posturas, pero ¿a qué precio?
El buscador de Google se ha convertido en un arma de doble filo. La potente herramienta orienta al navegante por la inmensidad de la Red de redes, incluido en su afán por conseguir contenidos alojados en servidores de descargas y redes P2P, esos contra los que la industria del ocio lucha a toda costa desde hace años. Hasta ahora, Google se ha mantenido al margen del debate mientras otros frentes le acusaban de fomentar la “piratería”. Sin embargo, hace escasos días la compañía daba un golpe de timón al modificar la estrategia en la que se basaba su buscador.
Un cambio ¿inesperado?
Google variará esta misma semana el algoritmo del buscador de forma que éste penalice las páginas que alojen cualquier referencia a contenidos multimedia que sean propensos a vulnerar los derechos de propiedad intelectual. El resultado es que portales que ofrezcan enlaces de descarga, archivos torrent o en su defecto una vía de acceso a material protegido se hundirán en el resultado de búsquedas, privándoles de tan ventajosas posiciones en las que actualmente se encuentran. Este cambio de rumbo de la compañía se produce después de muchos acercamientos de las empresas creadoras de contenidos tales como series, películas y música, entre otros.
¿El fin justifica los medios?
Sin embargo, la medida ha dado lugar a todo tipo de especulaciones. Las más interesantes son las que apuntan a un conflicto de intereses que guardan relación con las discográficas. Y es que Google se encuentra en pleno proceso de evolución y desarrollo de un nuevo servicio de música en línea, Google Music. El fin no sería otro que rivalizar con Apple y su tienda de música iTunes, un proyecto capitaneado por el desaparecido Steve Jobs que dio el primer paso para transformar el negocio de la música.
Los fundadores del buscador no lo tienen fácil, más cuando durante años han estado en el punto de mira de la industria musical. Para ésta, Google es visto como uno de los implicados indirectos en la difusión de material que vulnera el copyright. Sirve de pasarela a las consideradas descargas ilegales. Las continuas presiones de este fuerte sector y la evolución de los intereses personales de Larry Page y Sergey Brin habrían propiciado un acercamiento de ambas partes. El resultado de este binomio sería ventajoso para los dos bandos. Por un lado, Google conseguiría el apoyo necesario de las discográficas para activar Google Music a nivel mundial e iniciar su escalada para pelear por el trono, en poder de Apple. Por el otro, las productoras conseguirían modificar el posicionamiento de las páginas que, según la industria del sector, son las causantes de un supuesto descenso de las ventas de sus trabajos y así reducir o complicar la descarga de archivos que vulneren los derechos de autor.