Para entrar en materia, recordar que la explosión que se produjo el pasado mes de diciembre en la planta de Pegatron donde Apple fabrica algunos componentes de su iPad, hirió a 59 trabajadores. De todos ellos, 25 aún siguen en tratamiento por sus lesiones y se quejaban de que nadie de Apple había contactado con ellos después de la explosión.
La idea de investigar la situación de estos trabajadores tras la explosión de la planta vino de NPR (National Public Radio) que tras hablar con los empleados se puso en contacto con Apple. Curiosamente, los trabajadores, ignorados hasta la fecha, comenzaron a recibir llamadas de la compañía para verificar su estado de salud y para asegurarse de que habían recibido la correspondiente indemnización médica (unos 800 dólares por persona).
Así, la semana pasada NPR se reunión con 25 de los trabajadores que sufrieron las consecuencias de la explosión el pasado mes de diciembre para recoger información sobre cómo habían vivido el accidente así como de su situación actual. Todos ellos fueron bastante críticos con las condiciones de seguridad de la planta y mencionaron que Apple había efectuado una inspección horas antes de la explosión.
Tras el incidente, hubo una investigación por parte de Apple y se atribuyó la causa a una acumulación de polvo, alimentado por partículas de aluminio procedentes del proceso de pulido. A pesar de que se supone que cada máquina tenía su propia salida de polvo, al parecer y según los trabajadores, esto era un problema constante en la fábrica. De hecho, solían trabajar con mascarilla pero aún así las fosas nasales se les llenaban de polvo y el aire en el interior de la fábrica, comentan, “parecía como niebla”.
No es la primera vez
Efectivamente, no es la primera vez que Apple se enfrenta a un problema de estas características (hace siete meses ocurrió algo similar en la planta de Foxconn en este caso con el fallecimiento de cuatro personas). Es más, desde diferentes organizaciones se ha acusado a la compañía de la manzana de no mantener un estricto control de seguridad en las plantas chinas que fabrican sus componentes. Tanto es así que los trabajadores a los que ha entrevistado NPR dicen que la compañía nunca les dijo que ese polvo era peligroso y que podría explotar. Además, el día de la explosión, que coincidió con una inspección de Apple horas antes, los directores ordenaron a los trabajadores que limpiaran el polvo y no les permitieron hablar con los inspectores de Apple –que solo estuvieron 10 minutos en esa zona de la planta–.
Evidentemente Apple, no se ha quedado de brazos cruzados y afirma haber establecido nuevos requisitos para el manejo de polvos combustibles, como por ejemplo la realización de test periódicos de los sistemas de ventilación. Tim Cook también mencionó el mes pasado que Apple se toma muy en serio las condiciones de trabajo, tanto es así que inició una auditoría de todos sus socios fabricantes de componentes a través de la Fair Labor Association.